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Un vergonzoso diseño mundialista

Kyle James/mb12 de junio de 2006

Desde el lema hasta la mascota, todo el diseño del Mundial de Fútbol es vergonzoso, opina Erik Spiekermann, uno de los diseñadores alemanes más respetados, en entrevista con DW-WORLD.

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Modelos japonesas abrazando a GoleoImagen: AP

Eric Spiekermann es uno de los diseñadores alemanes más conocidos. Cofundador de MetaDesign, uno de los estudios líderes especializados diseño corporativo, entre cuyos clientes se cuenta Apple Computer, Audi, VW, IBM y Nike. A cargo de Spiekermann estuvo el diseño del sistema de información de los ferrocarriles alemanes y la reforma de la revista The Economist. Tiene una cátedra de honor en la Escuela de Arte de Bremen y es ex presidente del Instituto Internacional de Diseño de Información y además no tuvo nada que ver en el diseño del Mundial 2006.

DW-WORLD: Usted ha sido muy crítico con Goleo, la mascota del Mundial de Fútbol. ¿Por qué?

Spiekermann: No sólo con la mascota, sino con todo el asunto. Creo que la mascota es el típico resultado de demasiados intereses juntos. Es un león, que no tiene ninguna relevancia para Alemania. Nosotros tenemos águilas, gnomos o enanitos, pero no tenemos leones. Eso es inglés o francés. La mascota se llama Goleo, lo que alude al gol en español, al goal en inglés y a leo en italiano, español y latín. Están apelando, obviamente, a una audiencia mundial, lo que no deja de ser amable, pero bastante campechano. ¿Por qué no estar en Alemania y llamarse Fritz o algo así? Somos alemanes y podemos confesarlo. Este león artificial no es bonito ni horrible, es simplemente vergonzoso.

DW-WORLD: ¿Ha habido muchos manos en este trabajo?

Spiekermann: Cuando vi por primera vez el león y el lema, el diseño completo del Mundial en Alemania, pensé: oh Dios mío, pobres diseñadores. Yo sé lo que es tratar con ese tipo de clientes. He hablado con algunos de los diseñadores que perpetraron ese diseño y sé por ellos que estuvieron en desventaja desde el comienzo. Todo el mundo quiere participar en un diseño para un evento de esa magnitud, el jefe del Comité Organizador y su mujer y toda la cadena que viene por debajo. Entonces hay demasiados encuentros y comités donde gente que no tiene idea de nada exige cambios. Al final, el común denominador será muy bajo. Yo no emplearía ahora a ninguno de esos diseñadores.

DW-WORLD: ¿Por qué cree usted que el concepto es erróneo, especialmente el lema?

Spiekermann: Primero que todo porque hay demasiados mensajes. El cometido original era: tenemos que incluir Alemania, luego 2006, también FIFA y algunas personas contentas, un poco de verde por el campo de fútbol y los colores nacionales. Entonces tenemos verde y negro y rojo y amarillo y rostros felices y FIFA. Demasiados mensajes.

DW-WORLD: ¿Alemania lo ha hecho mejor anteriormente?

Spiekermann: Sí, hay un ejemplo clarísimo: los Juegos Olímpicos de 1972. Ése mostró el otro lado del diseño alemán. Estuvo a cargo del grupo de Otl Aicher, uno de los fundadores de la vieja escuela, que estaba mucho más en la tradición Bauhaus, germánica, protestante. Era bastante estricta, pero ellos se dieron modos de poner el mensaje en tonos pastel y suaves que lo hicieron ver alemán. Y era limpio y claro, pero también divertido, brillante y cálido.

La mascota era un pequeño perro salchicha, lo que es muy alemán. En el diseño trabajaron los mejores, algún tiempo. Pero la gente de Múnich que diseñó el Mundial fueron escogidos porque conocían a alguien de las cúpulas de la Asociación Alemana de Fútbol o de la FIFA. Eso nos da mala reputación.

DW-WORLD: ¿Cree usted que los diseñadores intentaron no parecer demasiado alemanes?

Spiekermann: Se debe a la cruz que nos toca cargar: uno no puede estar orgulloso de ser alemán por la terrible historia que tenemos. Por lo menos mi generación no puede estar orgullosa, y yo nací en 1947. Los clientes de este ramo son de mi generación y mayores. Yo creo que intentaron darle al mundo todo en un paquete gracioso. Pero es como intentar diseñar un chiste; no se puede. Con todo lo que querían evitar y todo lo que querían incluir era imposible lograr algo bueno.A menos que hubiera habido un diseñador con mucha personalidad que, básicamente, debió haberles dicho a esos tipos que dan órdenes que desaparecieran. Algo que estos diseñadores no hicieron; tomaron su dinero y salieron corriendo.

DW-WORLD: El Mundial de Fútbol es de todas maneras el evento futbolístico más importante. ¿Por qué habría de ser importante el diseño?

Spiekermann: Tiene una función directriz. Te cuenta a dónde tienes que ir, hacia tu objetivo, las pantallas, los estadios. Le cuenta a la gente: "éste es el mensaje del Mundial de Fútbol". El diseño tiene un rol funcional, pero también crea un ánimo.

DW-WORLD: ¿Qué tipo de mensaje comunica el diseño actual?

Spiekermann: Comunica que la gente que lo diseño y lo creó no tiene confianza en sus habilidades y que intentan complacer a todo el mundo al mismo tiempo. Son demasiados mensajes, y nadie quiere tomar responsabilidad. De hecho, esto es un espejo perfecto de la sociedad alemana en este momento. Refleja la gran coalición: dos grandes partidos que se niegan mutuamente, porque nadie asumir responsabilidades. Todos están intentando ser amables, y todos saben que hay algo que hacer, que hay que cambiar la sociedad, el comportamiento, la economía. Pero nadie quiere dar el primer paso, porque somos muy cómodos. Estamos envueltos en nuestra cobija de seguridad. Sabemos que hace frío afuera, pero nos quedamos adentro, cobijados. El diseño del Mundial es algo así como cobijarse en comunidad, intentando complacer a todo el mundo sin sacar un dedo fuera de esa manta de seguridad.

DW-WORLD: ¿Evitando controversia a toda costa?

Spiekermann: Exactamente. Lo que pasa al final es que todo es insípido. El diseño alemán es conocido, y es conocido por ser alemán. Uno compra un Porsche o un BMW o un Audi porque es alemán, no a pesar de que es alemán. Y no a todo el mundo le gusta. Tiene esquinas, pero no es campechano. Lo mismo pasa con el diseño gráfico. Tenemos una gran historia de diseño. Pero por alguna razón no ha llegado a la escena del fútbol. Es una vergüenza porque cuando la gente viene de fuera piensan que eso es lo que hacen los diseñadores alemanes. Para mí es vergonzoso. Me da ganas de irme, esconderme y pretender que soy neurólogo.