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Rusia: día memorable con futuro

Ingo Mannteufel 25 de enero de 2005

Los sufrimientos de los rusos en la II Guerra Mundial fueron indescriptibles. Por eso la conmemoración del “Día de la victoria” sobre la Alemania hitleriana tiene un valor especial en Rusia.

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Dos soldados alemanes prisioneros en Stalingrado, en una foto del 25 de enero de 1943.Imagen: AP

Pero el inmenso simbolismo impide una memoria crítica. La capitulación de las tropas alemanas en 1945 es celebrada con gran alborozo a la hora moscovita de aquél 9 de mayo. Desde los tiempos de Stalin el ritual es casi idéntico: el “Día de la victoria” marchan unidades del ejército ruso y los veteranos de guerra en la Plaza Roja de Moscú. Acto seguido, los poderosos del país se dirigen al pueblo en un discurso alusivo desde el mausoleo de Lenin. Pero no sólo en la capital se recuerdan los padecimientos vividos durante la II Guerra Mundial. En toda Rusia se llevan a cabo incontables conmemoraciones y ofrendas florales frente a monumentos.

El día festivo favorito de los rusos

El las épocas de la Unión Soviética la parada militar de los 9 de Mayo no sólo era una expresión de la propaganda comunista que buscaba demostrar la supremacía del sistema soviético. Las celebraciones respondían también a una necesidad del pueblo: en casi toda familia habían veteranos de guerra o personas que vivieron en carne propia las viscisitudes de los frentes de combate. El día de las conmemoraciones adquiría así un carácter familiar para las generaciones de la posguerra.

El aprecio por el “Día de la victoria” como día festivo, posee hasta el día de hoy un valor extraordinario para el pueblo ruso. Después del Año Nuevo, el día preferido en Rusia es el 9 de mayo, dicen las encuestas. Alrededor del 60% de los rusos celebra el “Día de la victoria”. Más del 70% lo consideran incluso el día festivo más importante y quieren conservarlo así. El 7 de noviembre empero, que recuerda la toma del poder por los bolcheviques en 1917, fue abolido por el presidente Putin a fines del año anterior sin mayores protestas de la ciudadanía.

Visión limitada de la historia

La fuerza simbólica del “Día de la victoria” y sus rígidos rituales impiden en la sociedad rusa un análisis crítico del pasado. Durante la inauguración del monumento conmemorativo "Poklonnaja gora" en Moscú, con motivo de la celebración del medio siglo en 1995, no se habló de la II Guerra Mundial sino, ajustándose a la tradición soviética, de la “Gran Guerra Patriótica entre 1941 y 1945”.

La consecuencia: en buena parte del pueblo siguen reinando el desconocimiento y los estereotipos de la interpretación de la historia de cuño soviético. Por ejemplo en cuanto al apoyo de Stalin a Alemania en la invasión de Polonia (Pacto Hitler-Stalin), la feroz ocupación de los países bálticos, Polonia y Besarabia (designación rusa para Moldavia y Ucrania) de 1939 a 1941, pero también los cálculos en extremo fallidos de los dirigentes soviéticos sobre la agresión alemana a la Unión Soviética, que provocaron pérdidas humanas demasiado altas y convirtieron a miles en prisioneros de guerra. Pero lo anterior también es válido para los inmensos padecimientos sufridos por civiles alemanes, polacos, ucranianos y otros al paso y llegada del Ejército Rojo a Berlín. Pero aún más palpable es el hecho de que, aunque los soldados del Ejército Rojo liberaron a su país de la ocupación alemana, al mismo tiempo ocuparon los países del centro esteeuropeo e instauraron allí regímenes de corte estalinista.

Victoria soviética como instrumento possoviético

La memoria distorsionada se refleja también en la política y cultura conmemorativa de dos jefes de Estado: Jelzin y Putin. Ninguno de los dos permitió un análisis crítico en sus discursos. Más bien han utilizado los sentimientos patrióticos de muchos rusos en el “Día de la victoria” para apelar a la unidad del país. El desmembramiento social y étnico de la sociedad rusa de hoy, el dolor por la pérdida del imperio soviético y las amenazas del terrorismo hacen que la victoria en la II Guerra Mundial sea hoy instrumentalizada políticamente. Por eso mismo, los veteranos de la II Guerra Mundial ya no toman parte en el desfile desde el año anterior. Estos han sido reemplazados por asociaciones de veteranos de las guerras en Afganistán y Chechenia, así como por unidades del ministerio de Protección de Catástrofes.