Luz verde para Barroso
19 de noviembre de 2004
El flamante presidente de la Comisión Europea logró esta vez el voto de confianza del Parlamento de Estrasburgo, para poder entrar finalmente en funciones con su equipo. Hablando ante los europarlamentarios, aseguró en la víspera que había comprendido su mensaje. Y éste no fue otro que el de exigir que los candidatos a comisarios cumplieran las condiciones necesarias para desempeñar su cargo. José Manuel Durao Barroso hizo la mayoría de los cambios solicitados y consigió el voto de 449 eurodiputados.
El foco de atención
Tanto la bancada socialista como la liberal, que se opusieron férreamente a la designación del italiano Rocco Buttiglione como comisario de Justicia de la UE, parecen no haber tenido mayores problemas con el candidato reemplazante, el hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini. Evidentemente, éste no tiene la misma visión decimonónica en asuntos sexuales y familiares que Buttiglione y, si la tuviera, se la guardó para sí. En la entrevista que sostuvo con la correspondiente comisión parlamentaria, dio la impresión de ser un político moderno y, sobre todo, práctico. Tanto, que incluso abogó porque Italia ratifique finalmente la orden de captura europea, a la que el gobierno de Berlusconi se resistió tenazmente.
Sin embargo, no todos quedaron satisfechos. En buena medida debido a la insistencia de Holanda, permaneció en el equipo Neelie Kroes, designada como comisaria de Competencia, lo cual ha provocado duras críticas de Los Verdes y la Izquierda Unida. Si bien varios europarlamentarios piensan que la holandesa no es apta para tal función debido a sus estrechos contactos con la industria, Durao Barroso se esmeró por disipar los temores en este sentido. Aseguró que se evitará cualquier conflicto de intereses mediante un acuerdo, en virtud del cual Neeli Kroes quedará eximida de decidir en casos en que pudiera estar en duda su imparcialidad.
Prueba superada
Esto parece bastar a la mayoría de los integrantes del Parlamento Europeo que, de todas maneras, salieron victoriosos de su enfrentamiento con el sucesor de Romano Prodi. Ahora no se trata de rizar el rizo. No obstante, los europarlamentarios tampoco están dispuestos a renunciar a la cuota de poder que ya han saboreado. En consecuencia, solicitan que Barroso se comprometa a demandar la renuncia de un comisario cuando el pleno emita un voto de censura en su contra. De no hacerlo, tendría que justificar su decisión ante los eurodiputados.
El equipo de Barroso podrá entrar en funciones la semana entrante con la venia del Parlamento Europeo, dándose por superado un episodio que resultó bochornoso pero también tuvo un aspecto positivo: los europarlamentarios salieron fortalecidos de la prueba, con lo cual se avanzó hacia el objetivo de brindar más transparencia a las decisiones de la Unión Europea.