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Preocupación por «Rita» en el G7

<br>Pablo Kummetz23 de septiembre de 2005

El G7 teme que el huracán Rita haga subir aún más los precios del petróleo. Si bien la economía mundial las ha capeado bien hasta ahora, las turbulencias en los mercados pueden aumentar con el paso del tornado.

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Plataforma petrolera dañada en el Golfo de México.Imagen: APTN


Así trascendió el viernes de fuentes allegadas a la delegación alemana a la cumbre del G7. Del G7 forman parte Gran Bretaña, los EEUU, Canadá, Japón, Francia, Alemania e Italia.

Hoy tuvo lugar una reunión de los ministros de Finanzas y directores de los bancos centrales del G7 con sus colegas de Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica. Los EEUU desean que esos países sean más consecuentemente incluidos en las conversaciones e incluso pasen a formar parte del grupo a largo plazo.

El tema más importante en las conversaciones liminares del G7 fueron, además del precio del crudo, también los desequilibrios globales y el planeado desendeudamiento de los países más pobres.

"No distorsionar los mercados"

Inmediatamente después comenzará la reunión anual común del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Alemania está representada por el presidente del Bundesbank (banco central alemán), Axel Weber y el subsecretario de Finanzas, Caio Koch-Weser. El ministro de Finanzas, Hans Eichel (socialdemócrata), no toma parte, por razones "de agenda".

Una "claro mensaje" del G7 será que los mecanismos de mercado y precio no deben ser distorsionados con intervenciones estatales, por ejemplo subvenciones o impuestos nacionales. Los desequilibrios globales siguen siendo tema. El presupuesto de EEUU seguramente sufrirá por las consecuencias de los huracanes en el país.

El Gobierno norteamericano cuenta con gastos extraordinarios de unos 200 000 millones de dólares para reconstruir la costa, ya antes del segundo huracán. Enormes déficits en el presupuesto estadounidense y en la balanza de pagos de EEUU son una de las principales causas de los desequilibrios globales, vistos como un considerable riesgo para la coyuntura económica mundial.

Optimismo alemán

La delegación alemana se muestra optimista en cuanto a que en la reunión FMI-Banco Mundial se logre un acuerdo con respecto al desendeudamiento de los países más pobres. El G7 había acordado en el verano europeo un desendeudamiento total para, al principio, 18 países, en lo que se refiere a sus deudas con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo (ADB).

El desendeudamiento se realizaría, de acuerdo con los planes, a lo largo de cuatro décadas y alcanzaría un volumen de 40 000 millones de dólares. Aproximadamente el nueve por ciento es financiado por Alemania.

El FMI y el Banco Mundial exigen que el desendeudamiento no afecte su posición financiera. Los grupos de la sociedad civil que desde hace años pugnan por un desendeudamiento acusan, por el contrario, a ambas instituciones de obstaculizar una solución.

«El Banco Mundial dice que no tiene medios propios para financiar un desendeudamiento. Ello es mentira», dice Sameer Dossani, del grupo "50 años bastan". Los grupo exigen, por ejemplo, que el FMI sobrevalúe sus reservas de oro, actualmente tasadas bastante por debajo del precio de mercado, o venda partes de ellas.

«Todo el desendeudamiento no es de cualquier manera sino un grano de arena en el desierto", dice Sony Kapoor, del grupo británico «Christian Aid». Emira Woods, de Liberia, que trabaja para la fundación estadounidense «Institute for Policy Studies», exige, además del desendeudamiento, reparaciones para África, porque "fue explotada durante muchos años por los países ricos".