Liberales ratifican alianza para "desbancar" a Schröder
11 de septiembre de 2005
En un congreso del partido en Berlín, los principales representantes del partido que apoya reformas económicas de libre mercado descartaron cualquier otra posibilidad de formar gobierno que no sea con los demócratas y socialcristianos liderados por la candidata Angela Merkel.
Las últimas encuestas preelectorales otorgan a los liberales cerca de siete por ciento en la intención de voto, mientras que el bloque democristiano (CDU/CSU) de Merkel cedió en los últimos días a entre 40 y 41 por ciento.
Los socialdemócratas de Schröder avanzaron a 34 por ciento y su socio menor en el actual gobierno, Los Verdes, se mantuvieron en siete por ciento. El nuevo Partido de Izquierdas, que Schröder rechaza como potencial socio de coalición, se ubica en un ocho por ciento en la intención de voto.
Invertir en futuro y no en subvenciones
El Partido Liberal alemán podría ocupar el Ministerio de Asuntos Exteriores de salir victoriosos. En el congreso extraordinario celebrado en Berlín, la diputada europea Silvana Koch-Mehrin, afirmó que para que la financiación de la Unión Europea (UE) beneficie a los ciudadanos hay que invertir en futuro y no apuntalar el pasado mediante subvenciones.
El jefe del grupo parlamentario del FDP, Wolfgang Gerhard, acusó al partido gobernante de haber creado una especie de parálisis en la política exterior. Entre los fallos citó como ejemplo los problemas en la reforma de la ONU y de la Unión Europea.
Reforzar lazos con EE.UU.
Asimismo, se pronunció por una política más crítica hacia países como China o Rusia y por dar un mayor papel a la defensa de los derechos humanos en el mundo. El Gobierno alemán actual, dijo Gerhard, no ha entendido, por ejemplo, que la relación con Pekín "no es una cuestión chino-alemana, sino un tema euro-americano". Los liberales quieren, como la CDU, mejorar la relación con Estados Unidos.
El FDP no se opone tan radicalmente como la CDU a la entrada de Turquía en la UE, pero Gerhard señaló que no se puede garantizar que al final de las negociaciones, dentro de unos diez años, Ankara esté en condiciones de asumir el acervo comunitario y tenga voluntad de renunciar a tanta soberanía como eso implica.
Reiteró que el asunto de Turquía debe incluirse en el diseño de las relaciones con los vecinos de la UE, como África del norte, y que ser miembro de la Unión no debe ser la única opción.