Nuevo medicamento: esperanza para los parapléjicos
22 de julio de 2005Mientras era deportista, Ronny Ziesmer entrenaba sus músculos para lograr un perfecto control del cuerpo. En aquella época, podía lanzarse al aire a dos metros de la barra. Era gimnasta, un verdadero profesional que obtuvo el título de campeón alemán. El último salto de su vida lo dio cuando se entrenaba para las Olimpíadas de 2004 en Atenas. Era el salto llamado tsukahara, el más temido de su disciplina deportiva. Lamentablemente, no cayó sobre sus pies. sino sobre la nuca. Eso fue en julio de 2004. Ahora tiene 25 años y está parpléjico.
En cuanto al entrenamiento con gran esfuerzo, nada ha cambiado en la vida de Ziesmer. Sólo que ahora cambiaron los parámetros. Cuando levanta el brazo treinta centímetros, suspira por el esfuerzo y el médico hace presión en contra para medir la fuerza del movimiento descendiente. Estirar el brazo le insume toda su concentración y su fuerza de voluntad.
Exactamente un año después del accidente, el deportista se encuentra con el Dr. Andreas Nideggen, el médico que lo había tratado por su paraplejia en el hospital para accidentados en Berlín.
El médico y el medicamento maravilloso
Nideggen es el jefe del Centro de Tratamiento para Lesiones de la Médula. Ahora quiere comprobar los progresos en las terapias de rehabilitación de Ziesmer y, además, explicarle un tratamiento nuevo que pondrá en práctica en el futuro en cooperación con los demás centros de tratamiento de la médula en Alemania. Se trata de un medicamento revolucionario que curaría lo que hasta ahora se consideraba incurable: el medicamento llamado "Cordaneurin" podría lograr que los nervios cortados volvieran a crecer y unirse nuevamente.
Hasta ahora, sólo se ha aplicado en ratas. Niedeggen no piensa que se puedan hacer milagros; pero, por primera vez, se manifiesta muy optimista. El neurobiólogo de la Clínica de la Universidad de Dusseldorf, Hans Werner Müller considera que Cordaneurin ya está listo para aplicarse al ser humano.
La cantidad de accidentes sigue en ascenso
En Alemania, unas 1.800 personas por año quedan paralíticas por accidentes de tránsito, haciendo deportes o por accidentes en la casa. El número de lesionados en el lugar de trabajo disminuyó en un tercio por las medidas de seguridad que se han tomado. Pero, al mismo tiempo, han aumentado los accidentes que se producen en el tiempo libre.
Para todos ellos, existe hoy una esperanza muy concreta de sanarse.