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¿Después del "non" el "nee"?

Claudia Herrera Pahl31 de mayo de 2005

Después de que Francia rechazara la Constitución europea, toca ahora decidir a los holandeses. El Gobierno británico anunció que anulará el referendo planeado para el año entrante si Holanda rechaza la Constitución.

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Mucho por hacer…

El Partido Socialista holandés, el principal detractor de la Constitución europea en Holanda, se siente respaldado por la negativa francesa. "La mayoría de los holandeses quiere un futuro distinto para Europa al que se prevé actualmente en la Constitución".

Antes del referendo francés el porcentaje de los holandeses que estaba en contra del proyecto alcanzaba el 56 por ciento. Las últimas encuestas muestran un fuerte avance hasta el 60 por ciento. Según estas encuestas, el crecimiento del número de detractores no se debe, sin embargo, a la influencia francesa sino a una postura soberana.

Los holandeses son justamente los más enterados del contenido de la Constitución. Debido a las circunstancias se han tenido que confrontar intensamente con el proyecto europeo.

¿Esfuerzos vanos?

En uno de los últimos mensajes dirigidos a sus conciudadanos, el primer Ministro holandés, Jan Peter Balkenende, los exhorta a votar con un "sí" el miércoles. "Cada país es responsable, el 'no' de los franceses hace que el apoyo de los holandeses sea aún más importante para el futuro de la Constitución". Un llamado que llega tarde y difícilmente tendrá el resultado buscado.

El Gobierno holandés ignoró por mucho tiempo el referendo y no atendió el descontento de la población, no tanto en relación con la Constitución, sino sobre todo con el gobierno del país. El fuerte incremento del desempleo y los crecientes problemas de integración han hecho desmoronar la popularidad del gobierno de Balkenende y se han convertido en los principales instrumentos de los grupos que rechazan la Constitución.

Un grupo numeroso y poderoso

De la izquierda se escucha una creciente crítica contra la presunta militarización del conglomerado europeo y también se azuzan temores pregonando los presuntos recortes sociales que acompañarán a una Europa en crecimiento.

La derecha, por su parte, pronostica la pérdida de la seguridad y una mayor inmigración. La posibilidad de que Turquía sea admitida en la UE en un futuro lejano y también el peligro del terrorismo islámico son agua para el molino de los detractores, que mantienen fresco el recuerdo del asesinato del director cinematográfico holandés van Gogh en noviembre pasado a manos de un islamista radical.

A pesar de que el resultado del referendo holandés no es vinculante, el Gobierno prometió respetarlo si acude a las urnas más del 30 por ciento de la población. Lo mismo que en el caso francés, un "nee" desatará una crisis gubernamental en Holanda.

La Constitución que quiso ser…

El pobre consuelo de Balkenende, que podrá aducir que su país no fue el primero en rechazar la Constitución, no servirá de nada, especialmente a la suerte del magno proyecto que parece encontrarse al borde del abismo.

El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que es prematuro decidir si el Reino Unido celebrará finalmente su propia consulta, que estaba prevista para dentro de un año. La Constitución europea, desarrollada durante dos años de intensas negociaciones entre representantes y parlamentarios de la UE, sólo puede entrar en vigor si es ratificada por todos sus 25 Estados miembros.