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Nuevo estadio del Bayern Múnich: un coliseo rimbombante

PK31 de mayo de 2005

Esta noche se inaugura un súper estadio en Múnich: el Allianz Arena, el más moderno, hermoso y más rimbombantemente iluminado de Alemania. Pero en los últimos años ha sido uno de los más controvertidos proyectos.

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Allianz Arena: cambia de colores como el camaleón.Imagen: dpa


Las controversias comenzaron ya con la decisión de construirlo, en 2001. La FIFA había calificado al Estadio Olímpico, entonces estadio oficial del Bayern Múnich, de absolutamente apropiado para el Mundial 2006. Ello no gustó mucho a los funcionarios del club muniqués, que poco antes habían tildado a su propio estadio de totalmente inservible para la justa mundial del balompié.

De pronto y sin que nadie sepa a ciencia cierta por qué, los funcionarios de la FIFA también dieron un giro de 180 grados: sin decir ni agua va comenzaron a exigir un estadio de fútbol sin instalaciones de atletismo. Al fin y al cabo, otros clubes también los tenían, por ejemplo el FC Schalke 04. Una remodelación, que hubiera costado unos moderados 70 millones de euros, fue rechazada categóricamente.

Fußballstadion Allianz Arena in München
Imagen: AP

El contribuyente paga la mitad

En lugar de esa simpática opción, los responsables del FC Bayern Múnich y el TSV Múnich 1860, el otro club de fútbol de la ciudad, que hoy juega en segunda división, impusieron que se consultara al ciudadano. Con toda la prensa, sobre todo la sensacionalista, a favor del nuevo estadio, dos tercios de los muniqueses votaron por construir un nuevo estadio.

Fußballstadion Allianz Arena in München
Imagen: AP


Convincente parecía entonces el argumento de que los dos clubes de fútbol de Múnich pagarían de su propio bolsillo la construcción del coliseo, que originalmente iba a costar unos 230 millones de euros. Por alto se pasaba que quien debía de costear la infraestructura de transporte era el contribuyente. Porque, ¿de qué sirve el mejor estadio, si no hay cómo llegar a él? Los costos respectivos se cifraron en otros 200 millones de euros.

Fußballstadion Allianz Arena in München
Imagen: AP


Los motivos para optar por un nuevo estadio eran diferentes, según los actores: el municipio de Múnich esperaba atraer más turistas con la nueva maravilla deportiva y el FC Bayern Múnich quería tener un estadio propio, hipermoderno, perfectamente comercializable, competitivo a nivel mundial y a bajo costo, ya que el rival local iba a participar con su óbolo.

Falta de sensibilidad

Ahora bien, para qué un equipo que en los últimos años no atraía más de 28.500 espectadores por partido en promedio y hoy juega en segunda división necesitaba un estadio de lujo con 66.000 localidades nadie lo ha podido explicar hasta hoy.

Una posible razón es un escándalo de soborno que ha llevado al hijo del ex presidente del TSV 1860 hasta la puerta del presidio. Karl-Heinz Wildmoser júnior está acusado, junto con un amigo, de haber cobrado 2,8 millones de euros para que la licitación para la construcción del estadio la ganara la empresa austriaca Alpine. El fallo no tiene aún fuerza legal y el acusado anda libre, pero bajo una caución de 250.000 euros.

Como una falta de sensibilidad sienten los hinchas del TSV 1860 que para la inauguración oficial del coliseo no jueguen los dos clubes locales entre sí, sino el Bayern Múnich contra el seleccionado alemán. El TSV 1860 sólo juega el preliminar contra el 1 FC Núremberg.


Para el Bayern Múnich, la mudanza al nuevo estadio supone también la pérdida de un buen trozo de identidad: el viejo Estadio Olímpico estaba considerado una de las obras arquitectónicas más importantes de la posguerra en Alemania. El nuevo coliseo parece una rosquilla gigante de neón olvidada en el paisaje, comparable a tanto estadio anónimo construido en los últimos años.

Pero, en fin, los hinchas que ya han estado en el estadio, en encuentros de preinauguración, quedaron encantados. Y al fin y al cabo, en todos lados se juega al fútbol y en todos lados se cuecen habas. ¿Por qué había de ser Múnich una excepción?