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UE preocupada por violencia en Holanda

CHP10 de noviembre de 2004

La oleada de incidentes extremistas registrados en Holanda desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh continúa extendiéndose. La UE demanda el desarrollo de una política de integración exitosa.

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Flores para el cineasta Theo van Gogh, asesinado la semana pasada.Imagen: AP

Holanda se encuentra sumergida en un clima de violencia y radicalización desde que la semana pasada fuese asesinado el cineasta holandés Theo van Gogh en represalia por su postura crítica a la posición de la mujer en el mundo musulmán. Desde entonces se han repetido ataques violentos contra mezquitas, escuelas islámicas, iglesias cristianas y juzgados en el territorio holandés.

¿Fanatismo en la Europa civilizada?

Los gobernantes europeos están concientes de que lo que sucede hoy en Holanda podría suceder en cualquier otro país europeo. Enmarcado en este clima de violencia se lleva a cabo en la ciudad holandesa de Groningen la primera Conferencia Ministerial de Inmigración.

Los representantes europeos concuerdan en la importancia de la integración de los inmigrantes a la sociedad que los acoge como fórmula para combatir la radicalización.

No se busca que los inmigrantes pierdan los vínculos con su propia cultura, pero si que asuman los principios básicos que guían la Unión Europea como el respeto de los Derechos Humanos, la democracia y la tolerancia.

Trabajo para los inmigrantes

En el “Manual Europeo para la Integración”, presentado en Groningen, se reúnen las experiencias de los Estados Miembro, se realizan recomendaciones y se establecen directrices para llevar a cabo el proceso de la integración. La integración de los inmigrantes es un problema europeo que requiere de una mayor coordinación entre políticas nacionales y la iniciativa de la Unión Europea. Pero a pesar de la gran importancia de las dimensiones a nivel europeo, son lo decisivo son las políticas nacionales pero especialmente las locales y no puede esperarse que desde Bruselas se solucione la problemática.

Tal vez una de los mayores problemas que enfrentan los representantes políticos es el reconocimiento de que sólo cuando el inmigrante logra integrarsel totalmente se logra evitar la radicalización, y esa integración presupone que sea parte del mundo laboral. Trabajo, acceso a las instituciones y los servicios en condiciones de igualdad respecto a los ciudadanos del país, son las bases para la integración y el combate de la radicalización.