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Costa de Marfil: Francia entre dos fuegos

tg/pk10 de noviembre de 2004

Las noticias sobre violencia en Costa de Marfil se multiplican. El fin de semana pasado murieron nueve soldados franceses. Francia envió más tropas y ocupó el aeropuerto. DW-WORLD ofrece un análisis de fondo.

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Tropas francesas en la ciudad de Yamoussoukro.Imagen: AP


Un año y medio después del acuerdo paz, de mayo de 2003, el caos hace presa de Costa de Marfil. Luchas callejeras, incendios, más de 400 heridos y numerosos muertos: en la república del oeste de África reina la anarquía.

Demonstration an der Elfenbeinküste
Manifestantes pro gubernamentales gritan consignas contra Francia en Abiyán, Costa de Marfil.Imagen: AP

La escalada de violencia obedece sólo a primera vista a que el gobierno del presidente Laurent Gbagbo intenta ampliar sus poderes. Las causas últimas son mucho más profundas.

La verdadera causa de la violencia son las diferencias entre el norte y el sur y entre el Islam y el Cristianismo. Hay marfileños tratados como si fueran de segunda clase, los del norte, y marfileños que se creen de primera clase, los del sur", dice Andreas Mehler, director del Instituto de Estudios sobre África, con sede en Hamburgo.

La realidad detrás de la realidad

En África, Costa de Marfil estuvo considerado durante largo tiempo como un país económicamente próspero y políticamente unido. Pero en las elecciones presidenciales de hace cuatro años salió otra realidad a la superficie.

El candidato del norte islámico, Alassane Qattar, fue excluido de las elecciones aduciendo motivos espurios. Desde entonces, un profundo cisma divide a la sociedad.

La supuestamente descendencia marfileña "no pura" del popular político del norte bastó para que el gobierno no le permitiera presentarse. Qattara dice: "Mi padre y mi madre son marfileños y también mis abuelos. La decisión del gobierno fue arbitraria."

Un país dividido

Kämpfe an der Elfenbeinküste
Jóvenes arrojan piedras sobre tropas francesas en Abiyán.Imagen: dpa

Las elecciones fueron ganadas por el líder de la por entonces oposición, Laurent Gbagbo, del sur cristiano. Éste no pudo calmar la situación. Seguidores de uno y otro libraron violentas batallas callejeras. Un intento de golpe de Estado fracasó.

La calma volvió en parte sólo cuando el gobierno reconoció oficialmente la ciudadanía marfileña de Qattara. Pero desde hace dos años, el país está de facto dividido en dos partes:

el norte, controlado por rebeldes y el sur, dominado por el gobierno.

Ambas partes luchan por el predominio político y económico en el país. Francia ha asumido el papel de intemediador.

Francia: factor de poder

Con varios miles de soldados, Francia, es aún cuarenta años después de la independencia de Costa de Marfil el más importante factor de poder en el país.

Bajo presión francesa, ambas partes firmaron a comienzos de 2003 el Acuerdo de Marcoussis, en el que se previó la formación de un "Gobierno de la Reconciliación Nacional".

Pero ya pocas semanas después de Marcoussis, los rebeldes dejaron de entregar las armas y finalizaron la cooperación con el gobierno. Laurent Gbagbo se ha resistido hasta ahora a llamar a nuevas elecciones. Su mandato termina el año próximo.

Odiados por ambas partes

A comienzos de este año intervino en el conflicto el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Desde entonces, 10.000 soldados controlan el armisticio. Casi la mitad de ellos son franceses.

Los cascos azules intentan mantener separadas a las tropas rebeldes de las del gobierno con una zona colchón en el medio, pero con escaso éxito. Por si fuera poco, los franceses son ahora objeto del odio de ambas partes.

Los rebeldes acusan a Francia de proteger al gobierno. El gobierno dice que está del lado de los insurgentes y que quiere obligar a Gbagbo a dimitir.

La Unión Africana ha buscado por ello otro mediador más adecuado. La tarea la va a asumir Thabo Mbeki, el presidente de Sudáfrica.