Alemania e Italia favorecen la creación de centros de recepción de inmigrantes

En Florencia se han dado cita los ministros del Interior de Alemania, Italia, Francia, España y Gran Bretaña. La propuesta del ministro del Interior alemán, Otto Schily, y su homólogo italiano, Guiseppe Pisnau, sobre la creación de centros de recepción de inmigrantes en suelo africano no convence del todo a los representantes de Francia y España. Nadie pone en duda a estas alturas que el problema de la inmigración es un problema europeo que sólo se puede resolver a este nivel, pero no se cuenta aún con una respuesta conjunta.

Europa no puede dar cabida a tantos inmigrantes

Tan sólo en la semana entre el 29 de septiembre y el 6 de octubre 2004, 1.787 inmigrantes alcanzaron la isla italiana de Lampedusa, según cifras presentadas por el ministerio del Interior italiano, Guiseppe Pisnau. Cerca de un 80 por ciento de los inmigrantes toma a Italia como lugar de tránsito hacia otros países europeos.

También España es lugar de tránsito. Este domingo la guardia costera española informó sobre la detención de 117 refugiados africanos en la isla de Fuerteventura. El viernes pasado se detuvo a 264 inmigrantes frente a las costas de Gran Canaria.

De acuerdo con las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadísticas español (INE) la gran afluencia de inmigrantes ha hecho que la población de España alcance una cifra histórica superior a los 43 millones de habitantes. En España residen actualmente unos tres millones de extranjeros, casi cinco veces más que hace seis años, entre ellos muchos inmigrantes económicos procedentes del norte de África, en particular Marruecos, y de América Latina sobre todo de Ecuador y Colombia.

En 2003, España acogió a uno de cada tres inmigrantes llegados a los 15 países que entonces formaban la Unión Europea.

Pros y contras de los centros de recepción

El alto grado de inmigración representa para la mayor parte de las economías europeas un problema pues la expansión de sus mercados no tiene cabida para tanta fuerza de trabajo. Más allá de tratar de evitar la inútil muerte de muchos de los inmigrantes que perecen al atravesar el Mediterráneo en busca de las costas europeas, el ministro del Interior alemán hace hincapié en el aumento de la criminalidad, del trabajo ilegal y del narcotráfico que va estrechamente ligado con la ola de inmigración.

Aún cuando existe consenso en que no se puede dar cabida a todos los inmigrantes económicos y en que se debe diferenciar entre los inmigrantes económicos y los refugiados políticos, no existe consenso en cómo debe enfrentarse la problemática.

Alemania e Italia se han convertido en aliados que defienden la idea de la creación de los centros de recepción de refugiados en el norte de África. Creen que serán un instrumento positivo para el combate de la inmigración ilegal. Si los inmigrantes comprenden estando todavía en suelo africano que no recibirán asilo ni serán aceptados en la UE desistirán en sus esfuerzos dirección Europa.

Francia, representada en Florencia por el ministro del Interior francés, Dominique de Villepin, teme por el contrario que estos centros puedan convertirse en simples “agencias de traficantes”. De crearse, miles de personas se dirigirán a estos centros. A la mayor parte de ellas les será denegado el viaje a Europa y podrían convertirse en víctimas de los traficantes que acecharán frente a las puertas de los centros para hacer sus negocios sucios con la promesa de la tierra prometida.

Alemania en busca de apoyo

La conferencia de Florencia finaliza el 18 de octubre. Desde el 2002 la Unión Europea discute sobre la idea de crear oficinas en las diversas regiones de origen de los inmigrantes en las que se examine sus solicitudes de asilo.

El ministro del Interior alemán sostiene que su propuesta representa la puesta en práctica de lo que la Unión Europea busca desde hace años. Sin el apoyo de sus principales socios, Francia, España y Gran Bretaña, su plan no tiene futuro.