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Duelfer o la confirmación de Blix

8 de octubre de 2004

La prensa europea comenta las derivaciones políticas del informe de los inspectores estadounidenses, encabezados por Charles Duelfer, que confirma la inexistencia de armas de exterminio masivo en Irak.

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Blair y Bush: jargumentos injustificados e injustificables.Imagen: AP

El matutino Tageszeitung, de Berlín, opina: “La principal justificación de los gobiernos de Bush y Blair para emprender la guerra contra Irak no se basó en errores de apreciación de los servicios secretos. Fue, desde el comienzo, una mentira intencionada. Todo lo que enumera Duelfer, sin excepción, se encontraba ya en el informe final de la primera comisión de inspección de armas de la ONU (UNSCOM), de enero de 1999. (...) El informe de Duelfer representa una plena rehabilitación y confirmación para Hans Blix. Si los hechos y no la propaganda determinaran la política, el informe Duelfer debería inducir a los parlamentos de Washington y Londres a emprender un proceso de destitución contra Bush y Blair. Y Blix debería recibir hoy el Premio Nobel de la Paz en Estocolmo.”

Atenuantes

El Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno, subraya que “el impacto político de la constatación es considerable. A lo sumo se ve atenuado por la convicción de los inspectores de que Saddam Hussein tenía intenciones de proseguir o reanudar sus programas armamentísticos una vez levantadas las sanciones de la ONU. Eso implica que sólo la política de sanciones, de las que Bagdad intentaba desembarazarse, impidió a Saddam el rearme. Pero el régimen de sanciones se debilitaba. Según hoy se sabe, se veía minado por sobornos y manipulaciones. (...) El informe Duelfer contiene verdadera dinamita al respecto: entre los sobornados se contarían destacados políticos franceses y rusos. ¿Será casual que ya antes de la última confrontación con Bush y Blair hayan mantenido en el Consejo de Seguridad una actitud condescendiente con Saddam?”

La mera intención...

Der Standard, de Viena, comenta: “Un año y medio tardó en presentar sus resultados el grupo de inspectores estadounidenses, que contó con un número de integrantes con el que sólo podía soñar el equipo de la ONU que trabajó en Irak antes de la guerra, suplicando por más tiempo. El hecho de que Bush no haya impedido que el informe se hiciera público faltando menos de un mes para las elecciones presidenciales, demuestra una vez más cuán poca legitimación creía y cree necesitar: primero fueron armas, luego programas y ahora (el informe dice que la investigación y desarrollo de armas habían cesado) simplemente la intención. En relación con la palabra mágica ‘terrorismo’, eso todavía funciona.”

Tampoco programas armamentísticos

The Guardian, de Londres, apunta: “Durante meses, Tony Blair argumentó que aunque Irak no haya poseído armas prohibidas, tenía programas para desarrollarlas. Ahora resulta que tampoco había tales programas. La principal justificación de la guerra esgrimida tanto en Washington como en Londres ha demostrado ser infundada. (...) El informe contiene una salvedad significativa. Ésta consiste en afirmar que Saddam se proponía volver a hacerse de armas tras el término de las sanciones. Los fundamentos de esa aseveración -basada en conversaciones con científicos iraquíes prisioneros y los propios antiguos líderes de Bagdad-, son incompletos y despiertan falsas expectativas. Quizá Saddam haya tenido la idea, pero el informe indica que no se descubrió ninguna estrategia dirigida a llevarla a la práctica.”