Europa dice que sí, pero no dice cuándo

Un eventual ingreso de Turquía a la UE fue sellado en Bruselas con la recomendación de la Comisión Europea de apertura de negociaciones de adhesión, pero con la posibilidad de que se suspenda el proceso, si las reformas políticas y de libertades impulsadas por Ankara sufren un retroceso.

Esta recomendación será la base sobre la cual los jefes de Estado y de Gobierno de la UE decidirán en su próxima Cumbre en diciembre sobre un inicio de negociaciones con el país situado entre Asia y Europa.

Las negociaciones teóricamente se podrían iniciar el próximo año, pero no se formula una fecha concreta de adhesión, pese a que la mayoría de las capitales europeas –no así los partidos en la oposición- están a favor del ingreso de Ankara, y consideran realista fijar un plazo entre 10 y 15 años para su plena adhesión.

Efectos del ingreso de Ankara

La Comisión hace su recomendación sobre la base de un estudio sobre los posibles efectos de un ingreso del país islámico a la UE. Dicho estudio señala que no obstante los impresionantes avances logrados bajo la administración del primer ministro Recep Tayip Erdogan, sigue habiendo graves deficiencias. Se sigue practicando la tortura, no hay plenos derechos para la mujer ni sindicales, ni libertad religiosa.

Bruselas hace un llamado a Ankara a no cejar en el proceso de transformación que conduzca a un cambio de mentalidad radical y el país se convierta en modelo de una nación musulmana que funciona como Estado de derecho.

Efectos económicos

Durante el largo proceso de acercamiento de Ankara hacia Europa -comenzó hace 40 años- se ha consolidado su integración económica. Desde hace ocho años hay una unión arancelaria y libre intercambio de mercancías. Se estima, por ejemplo, que de cada tres televisores en los hogares alemanes, uno proviene de una fábrica turca, Alemania, por su parte, es el socio más importante del país de 73 millones de habitantes. Indudablemente la adhesión a la UE impulsaría la economía turca, y de no producirse una crisis financiera como la que sufrió el país en el 2001, en los próximos años su crecimiento económico registraría índices superiores al promedio de los 25 miembros de la UE.

¿Cuanto costaría a Europa?

Existen divergencias en cuanto al costo que supondría para la UE un ingreso de Ankara, pero en Bruselas se habla de una cifra hipotética de entre 16,5 y 28 mil millones de euros anuales. Esto en el año 2025 representaría entre el 0,1 y 0,17 por ciento del PIB de la UE. La comisión considera que habría largos períodos de transición en áreas como la agricultura, el mercado laboral y dado el fuerte crecimiento poblacional, la EU tiene gran interés en que el país invierta y reforme su sistema educativo.

¿Día histórico?

Mientras el presidente de la CE, Romano Prodi presentaba su recomendación en Bruselas, el jefe de gobierno turco hablaba ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en Estrasburgo. “Hoy es un día que quedará grabado con letras de oro en nuestra historia y confío en que no habrá baches en el camino”, dijo Erdogan.

Ciertamente hay voces escépticas que señalan que es Turquía quien quiere entrar a Europa y no al revés. El problema no es que sea un país islámico y la UE cristiana, tampoco es proteccionismo económico. Pese a todos los avances, las minorías no gozan libertad de expresión y los militares tienen privilegios.

A ellos responden otros que señalan que la incertidumbre es la causa del enfrentamiento entre el Islam y Occidente. En vez de forzar la democracia con las armas como en Irak, Occidente debiera abrir la puerta a un país que intenta con sus propios recursos encauzarse en el camino de la democracia.