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UE: vía libre para Turquía

Emilia Rojas24 de septiembre de 2004

El comisario para la ampliación de la Unión Europea, Günter Verheugen, ha dado por superadas las diferencias con Turquía y anunció que recomendará a Bruselas iniciar negociaciones para su adhesión.

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El primer ministro turco, junto a Prodi y Verheugen, en Bruselas.Imagen: AP

En la esfera oficial de Bruselas, los dados están echados. La mayoría de la Comisión de Bruselas secunda la apreciación del comisario Günter Verheugen, quien tiene a su haber los méritos de haber llevado a buen puerto la incorporación de 10 nuevos miembros en mayo pasado. Su palabra pesa. Y si ésta es favorable al inicio de negociaciones para el ingreso de Turquía, lo más probable es que en diciembre los jefes de estado y de gobierno decidan, efectivamente, abrir las puertas a ese proceso.

¿Problema resuelto?

No obstante, la perspectiva del ingreso de Turquía a la Unión Europea sigue siendo objeto de polémica y discrepancias. No contribuyeron a disiparlas los últimos pasos de Ankara donde, tras posponerse la reforma del código penal, se esgrimieron planes de incorporar el adulterio al catálogo de delitos. Algo incompatible con la sociedad europea-occidental. El problema se dio por resuelto con la visita del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien aseguró personalmente que el controvertido proyecto sobre el adulterio será descartado y la reforma legal se aprobará en breve. Verheugen quedó convencido, pero en otros sectores se mantienen las dudas.

Por ejemplo, en la bancada conservadora del Parlamento Europeo se plantea la sospecha de que Erdogan sólo cedió para congraciarse con la UE, y posteriormente volverá a intentar frenar las reformas sociales en Turquía. El próximo presidente de la Comisión de Bruselas, José Manuel Durao Barroso, también muestra cierto recelo, al advertir que la incorporación de Turquía sería un vuelco para la UE. Y el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, se ha mostrado escéptico acerca de si la sociedad turca ha internalizado suficientemente principios como el laicismo y la separación de la religión y el Estado.

Polémica en Alemania

Los principales reparos provienen del ámbito conservador. Y lo mismo ocurre en Alemania, donde los turcos representan el mayor grupo de población extranjera. Desde ya, la jefa de la opositora Unión Cristianodemócrata, Angela Merkel, se propone hacer campaña a nivel europeo entre sus afines, para oponerse a la incorporación de Ankara.

Al margen de las consideraciones sociales y políticas, también hay razones económicas en juego. Según Angela Merkel, la plena membresía turca supondría una carga excesiva para la Unión Europea, estimada por algunos entendidos en cerca de 40 mil millones de euros anuales. Por otra parte, la apertura de fronteras dentro de la UE podría desatar un éxodo hacia occidente. Expertos turcos calculan que entre 10 y 18 millones de personas probablemente opten por radicarse en países europeos más prósperos. La discusión de seguro continuará con intensidad. No obstante, a estas alturas parece claro que la meta ya está definida.