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Hitler: más que críticas cinematográficas

16 de septiembre de 2004

Múltiples son temas que abordan los editoriales de la prensa europea. Uno de los que destaca en los comentarios alemanes es el estreno de la película “El hundimiento”, sobre los últimos días de Hitler.

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Bruno Ganz, en el papel de Hitler, (centro) en el film "El hundimiento".Imagen: 2004 Constantin Film, München

El periódico Neue Osnabrücker Zeitung, de Osnabrück, opina: “En lugar de los fríos análisis de los historiadores, el cine ofrece un relato que cala en las emociones y, por eso, puede catalizar sentimientos como ningún otro medio. Los productores tienen garantizada la concurrencia del público. Pero ¿garantiza esta película, aparte de entretención, esclarecimiento histórico? ¿Nos ‘acerca’ al Tercer Reich, como la cinta sobre Lutero nos acercó al reformador? De partida existe el peligro de que ‘El hundimiento’ (Der Untergang) gire demasiado en torno a una persona y pierda de vista a los innumerables cómplices. Eso se aplica también a la mayoría de las víctimas, a diferencia de lo ocurrido con la filmación de Holocausto y con ‘La Lista de Schindler’. No obstante, si se la mira críticamente, esta película ofrece la oportunidad de mostrar a Hitler precisamente a las nuevas generaciones, ahora que los testigos que eran adultos en esa época están muriendo”.

Nada nuevo

El rotativo Rhein Neckar Zeitung, de Heidelberg, comenta: “La película, que por primera vez se acerca de esta forma microscópica a los inhumanos protagonistas de entonces y los presenta también como seres humanos, no entrega una nueva imagen de la historia. Bruno Ganz representa a Hitler con asustante realismo. Pero no contribuye en lo más mínimo a explicarlo. No hay nada que no hubiéramos sabido ya. Pero tampoco se hace, en ningún momento de la cinta, el intento de utilizar los casi 50 años de distancia como parámetro político para el demente suicida y su camarilla. En consecuencia, también es moderada la discusión sobre si se puede mostrar a figuras como Hitler como seres humanos: sólo su dimensión humana explica también sus posibilidades diabólicas. Y sólo la cobardía de la sociedad hace plausible el éxito que tuvo en adueñarse del poder. Quizás sea eso lo que puede transmitir la película.”

La “banalidad del mal”

El Westfälische Nachrichten, de Münster, hace notar: “Más allá de la, en parte discutible, fascinación que provocan las películas sobre la época nazi, también algunos historiadores han tomado últimamente la palabra. Por regla general abordan con el bisturí una película que no pretende ser un documental, sino una obra con dramaturgia. Aunque se dote de “rasgos humanos” a Hitler en sus últimas horas, ello no constituye una inaceptable atenuación de sus culpas. Conserva vigencia el concepto de la ‘banalidad del mal’, de la historiadora y politóloga Hannah Arendt. Hasta los más repugnantes déspotas ocultaron sus criminales propósitos tras una fachada de modosa pequeño-burguesía. Después de haber visto esta película, tampoco nadie dudará de que las dictaduras siempre constan de legiones de cómplices y seguidores. Cabe destacar positivamente que un productor alemán haya tenido la fuerza y el valor para reconstruir esta historia del búnker.”

Entre helados y palomitas de maíz

El Südkurier, de Constanza, comenta: “¿Hitler como figura cinematográfica, entre la publicidad de helados y las bolsas de palomitas de maíz? Los cineastas alemanes solían hacer un gran rodeo en torno al búnker de Hitler, por buenos motivos. El productor de la nueva película sobre Hitler, Bernd Eichinger, asume pues un gran riesgo. Sin embargo, el tema del régimen nazi no es un asunto que se pueda delegar sólo a los historiadores. Compete a toda la sociedad como un todo y requiere continuamente nuevos interrogantes, quizá también provocaciones, aunque sea a la luz del cine. Todavía no está claro si la película de Eichinger logrará dar esos impulsos.”