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Una amenaza terrorista al alza tiene su coste

24 de noviembre de 2010

En los mercados de Navidad, en las estaciones de tren, en los aeropuertos: ante la amenaza de atentados, la presencia policial se incrementa a ojos vista en Alemania. El precio de la seguridad no será barato.

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La presencia policial aumenta en Alemania.Imagen: dapd

La prensa germana habla de terroristas que ya estarían en Berlín, listos para recibir indicaciones y actuar. De un comando islámico con las miras puestas en Alemania. De la intención de asaltar el Parlamento, tomar rehenes y provocar un baño de sangre. De peligro en los espacios públicos.

La amenaza terrorista es real, declara convencido el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière. Y de pronto se ve lo que hacía tiempo que aquí no se contemplaba: agentes patrullando fuertemente armados. Las estaciones y aeropuertos se vigilan con intensidad. Cada mercado de Navidad, el principal recreo de los germanos en estas fechas, tiene su propia unidad policial. Políticos exigen mayores controles en los barrios donde se concentra un alto porcentaje de musulmanes.

Y entre todo el estrépito que provoca el miedo, algunos advierten de que Al Qaeda podría estar ganando la batalla sin tan siquiera tener que mandar a sus miembros a inmolarse.

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La cúpula del Parlamento alemán, una de las principales atracciones turísticas de Berlín, fue cerrada al público.Imagen: dapd

Olvidos y malas intenciones

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Policía federal alemana en la estación de tren de Colonia.Imagen: picture alliance/dpa

“A todo el mundo le debe quedar claro que una bolsa olvidada puede desatar una gran operación de las fuerzas de seguridad”, apelaba Thomas Neuendorf, portavoz de la policía berlinesa, al civismo de sus conciudadanos.

El hecho ya se dio este martes (23.11.2010). Una maleta en apariencia abandonada provocó el cierre completo de la estación central de Düsseldorf, un punto clave en el tráfico ferroviario de una zona industrial y densamente poblada. 177 trenes tuvieron que ser supendidos. Cuando los agentes abrieron el bulto, encontraron en él una sartén, un costurero y unos cuantos zapatos, entre otras cosas.

El dueño de la controvertida maleta resultó no ser un terrorista, sino un vagabundo y “apasionado recolector de basura”, como lo describió la policía federal. Por un corto instante circuló el rumor de que podría obligársele a asumir los costos del despligue policial, que sin definirse con exactitud alcanzaban en euros “un número de cinco cifras”.

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Agentes vigilan en la estación de tren de Dresde.Imagen: picture alliance/ZB

Sin embargo, “el descuido no es un delito”, tranquilizó Neuendorf. Mientras no se pueda demostrar que alguien actuó con la pretensión de generar el caos, este tipo de gastos seguirán corriendo a cargo del Estado, y las empresas y personas por ellos afectadas no podrán demandar reparaciones.

Pero si a los olvidadizos se les suman los malintenciondados, la cuenta sube y podría llegar a ser considerable. Este miércoles (24.11.2010) un señuelo de bomba fue encontrado en un tren de cercanías. Al llegar a la estación de Bielefeld, en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, al vehículo le esperaba ya una vía entera cerrada al paso.

4.200 dólares vs. miles de millones

4.200 dólares: eso es todo lo que Al Qaeda invirtió el pasado octubre en enviar dos paquetes bomba, uno detectado en Londres y el otro Dubai. Ninguno de ellos explotó, pero “a América y a Occidente les costarán sin remedio miles de millones en nuevas medidas de seguridad”, hacía saber por escrito una célula yeminita de la organización terrorista.

“Estrategia de los mil pasos” se llama el nuevo proceder contra los infieles. La actual operación concretamente ha sido bautizada como “desangramiento”: a través de la “histeria por la seguridad”, se lee en el comunicado de Al Qaeda, “vamos a desangrar al enemigo”.

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La seguridad en los mercados de Navidad alemanes ha sido aumentada este 2010.Imagen: AP

“Si hiciéramos público cada uno de los indicios que nos llega estaríamos jugando al juego de los terroristas, que quieren sembrar el terror”, explica de Maizière, el ministro germano del Interior. Al mercado de Navidad irá este año como todos con sus hijos, asegura. Como dice la canciller, Angela Merkel, los alemanes quieren poder vivir en libertad.

Pero eso no quita que los indicios existan, y que los trenes circulen ahora en Alemania con policías a bordo, y que las fuerzas de seguridad ya hayan salido a la palestra a pedir más fondos y personal. Al fin y al cabo, los compañeros cristianodemócratas de Merkel y de Maizière piden más agentes por doquier y medidas de control más estrictas. Y todo eso hay que pagarlo.

Autora: Luna Bolívar

Editor: José Ospina Valencia