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Merkel reelegida, aunque con menos puntos

15 de noviembre de 2010

Para afincarse en su propio partido, la canciller alemana Angela Merkel ha tenido que poner el acento en los valores tradicionales de la CDU. Y aunque perdió apoyo, ha sido reelegida en el congreso de Karlsruhe.

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Angela Merkel, en su discurso ante el congreso de la CDU: "Juntos por una Alemania fuerte".Imagen: CDU-Parteitag - Rede Merkel

Angela Merkel podía acometer con tranquilidad este congreso de la Unión Cristianodemócrata en la ciudad de Karlsruhe: el desempleo en Alemania se reduce, el crecimiento económico mantiene su curva ascendente. Sin embargo, los sondeos no hablan muy bien de la popularidad actual de este partido, el de mayor poder en el Gobierno de coalición con el partido Liberal.

Según las encuestas, en caso de que las elecciones fuesen este domingo, la unión conservadora no saldría muy bien parada. Por otro lado, los análisis en la prensa hablaban de que un porcentaje menor al 95 obtenido en 2008 en Stuttgart, representaría una derrota para la líder de la CDU. Y si bien, ha perdido apoyo en Karlsruhe, el 90,5 por ciento obtenido habla de un liderazgo firme.

De conservadora a moderna

CDU-Parteitag - Übersicht, Merkel
Congreso de la Unión Cristianodemócrata, Karlsruhe 2010.Imagen: picture alliance / dpa

En los últimos años, Angela Merkel –desde hace una década líder de la CDU y desde hace cinco en la silla de la cancillería de Berlín- ha modernizado la imagen de los conservadores: en coalición con los socialdemócratas, luchó por la limitación de las emisiones, pintando de un tono verde su política; en coalición con los liberales, la reducción de los impuestos y la abolición del servicio militar obligatorio abren las ventanas a vientos liberales. Y aunque en realidad no hay nadie que pueda poner en peligro el liderazgo de esta nueva “dama de hierro” -el único que podría hacerle sombra es el joven y popular ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, de la hermana bávara CSU-, no cuenta con todo el partido cuidándole las espaldas.

“He creído y sigo creyendo que las tres traíces de la Unión Cristianodemócrata –la cristiana, la liberal y la conservadora- deben ser subrayadas a la vez, ninguna debe resaltar más”, declaró antes del congreso del partido, en la sureña Karlsruhe, Steffan Mappus, el primer ministro de Baden-Württenberg. Según análisis de la prensa alemana, que el congreso tenga lugar en esa próspera y conservadora región alemana no es gratuito: en el bastión de los cristianodemócratas se elegirá gobierno el próximo año y es precisamente ahí en donde el movimiento de protesta por el megaproyecto ferroviario Stuttgart 21 ha elevado la popularidad de Los Verdes.

De moderada a conservadora

Si hasta ahora el discurso de la canciller ha estado dirigido a llegar lo más al centro posible, ante su partido Merkel resalta que el cristianismo es la base de su política, de sus valores y de su accionar en espinosos temas de bioética, de política de laboral y social y, no por último, de inmigración y de integración. Éstos han representado, en los últimos meses, el campo de batalla de la política alemana. Aunque la canciller Merkel no repitió su polémica frase de que el concepto de la sociedad multicultural ha fracasado, sí hizo hincapié en que el inmigrante que Alemania necesita es el cualificado.

En cuanto a Europa y a las, en parte controvertidas, medidas en torno a la estabilidad del euro en las que Alemania ha llevado las voz cantante, la canciller defendió su quehacer: es esencial que la Unión Europea trabaje en conjunto para evitar nuevas crisis de confianza, "todo está en juego. Si el euro fracasa, entonces Europa fracasará", dijo Merkel ante los mil delegados presentes en el congreso.

Perfilarse como conservadora le urge, dicen analistas, pues más que su reelección, a la canciller le preocupa su partido, que ha bajado del 52 por ciento con el que fue elegido en 2005 a un actual 33 por ciento.

Además –aparte de su figura que según sondeos cuenta con un 59 por ciento de aceptación entre la población -, en los últimos meses los otros hombres fuertes de la CDU han ido desapareciendo: Roland Koch dejó la política; Christian Wulff pasó a presidente federal; Jürgen Rüttgers abandonó el ruedo después de la sonada derrota en las elecciones de Renania del Norte-Westafalia en mayo de este año. Y si en Anette Schavan, la actual ministra de Educación, Merkel tiene una fiel aliada, las otras figuras sobresalientes de la unión conservadora -el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y la popular ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen- son más bien del ala liberal.

NO FLASH Protest Stuttgart 21
Masiva protesta en contra del proyecto Stuttgart 21, octubre de 2010.Imagen: dapd

Enemigos claros

En este contexto, para afianzarse en sus propias filas, la primera mujer en llegar a la cancillería de Berlín ha optado por marcar mucho la raya divisioria entre su partido y la oposición: si los resultados de la coalición con los liberales son aceptables, un acercamiento a los ecologistas se descarta tanto como uno a los socialdemócratas.

Habiendo perdido algunas plumas por la controvertida prolongación de la vida útil de las centrales nucleares –que la oposición tacha de venia a la gran industria de la energía-, la canciller aprovechó la ocasión para tildar de irresponsables tanto a ecologistas (que actualmente llegan a un inaudito 20 por ciento de popularidad a nivel del país) como a socialdemócratas (que no alcanzan el 30 por ciento) y para acusarlos de resistirse a las reformas que demanda la realidad. La exhortación, entonces, a sus correligionarios fue a apoyar los grandes proyectos que hagan avanzar a Alemania.

Así, alejándose de la imagen moderada, europeísta, ecologista, Angela Merkel logra reafirmarse entre los cristianodemócratas como su líder “realista”, conservadora y con la "c" de cristiana en mayúscula, aunque los cuatro puntos menos obtenidos en la elección darán qué pensar.

Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López