Sí político a la cooperación transatlántica en energías renovables

Con más acuerdos que discrepancias, pero con muchas tareas pendientes, concluyó en Berlín el Foro América Latina y el Caribe - Unión Europea, que se celebró entre el 29 y el 30 de abril y al que acudieron un total de 250 representantes latinoamericanos, caribeños y europeos.

Personal de los Ministerios de Relaciones Exteriores, Comercio, Ciencia y Cooperación, empresarios y miembros de ONG, organismos multilaterales y agencias de inversión se dieron cita en la capital alemana para hablar de energías renovables, y aprobaron finalmente una serie de recomendaciones para la cooperación tecnológica en este campo.

Las propuestas planteadas -más políticas que pragmáticas- servirán de base para la Cumbre ALC-UE del 18 de mayo de 2010 en Madrid, España, cuyo objetivo principal es el fortalecimiento y la profundización de la asociación estratégica entre las regiones convocadas.

El evento partió del hecho de que el cambio climático es una responsabilidad compartida entre todos los actores a nivel global, así como lo es la búsqueda de nuevas estrategias para lograr la eficiencia energética y el buen uso de energías renovables. Sin embargo, en las discusiones primaron los intereses nacionales sobre las perspectivas de mayor alcance.

Intercambio de experiencias e intereses

“Ésta es una excelente oportunidad para escuchar, no al gobierno, sino a la sociedad civil y sus preocupaciones. Pero también para vislumbrar hacia dónde apunta el desarrollo de la cooperación tecnológica, las energías renovables y la eficiencia energética”, dijo a DW-WORLD Hugo Altomonte, jefe de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con sede en Santiago de Chile.

Debido al actual “voraz apetito energético” mundial -término que fue utilizado por uno de los ponentes del acto- son cada vez más necesarios el ahorro de energía y su uso eficiente. América Latina no es la excepción: “necesita invertir más en energía, pero así mismo aumentar su consumo”, agregó Altomonte. Por eso urge el desarrollo de programas que tengan en cuenta estos aspectos.

Ron Marshall, otro asistente al Foro, viajó en representación de una agencia que busca inversiones en proyectos de energía limpia en Barbados. Aprovechó este espacio para “hacer contactos y hablar con posibles inversionistas en el país caribeño”, explicó. Hasta la tarde del viernes 30 de abril había mantenido dos conversaciones con empresas alemanas. “Es necesario que la Unión Europea varíe un poco sus intereses geopolíticos hacia países más pequeños que los latinoamericanos, con los que cooperar no sería tan costoso”, dijo este profesor universitario a DW-WORLD.

Cooperación selectiva

Así como Marschall, muchas empresas y organizaciones asistieron al encuentro con el propósito de lograr proyectos de cooperación europea en múltiples áreas de energías renovables. “Yo creo que la cooperación internacional debe ser más selectiva en América Latina, además de concentrar los esfuerzos en una tecnología determinada”, expresó el representante de la CEPAL, Hugo Altomonte.

Una visión similar comparte Christoph Schmitt, Gerente General de la Asociación Empresarial para América Latina – LAV, de Hamburgo. “Hay que buscar caminos que ayuden a encontrar cooperaciones que valgan la pena, que sean fructíferas para los países, pero principalmente para el empresario alemán o europeo, como también para el empresario local latinoamericano”, expresó.

Apartándose un poco del lado político de la cooperación, Schmitt cree que es muy importante que “el trabajo conjunto se realice de empresa a empresa, y dentro de un marco legal establecido”. En su opinión, “el mercado es el que rige el juego”. Es decir, que donde exista un producto y un mercado habrá cooperación entre compañías. “Primero el producto y el mercado, después la cooperación, no al revés, porque no funciona”, concluyó.

Integración regional: la clave

Al finalizar el Foro América Latina y el Caribe - Unión Europea, sus participantes coincidieron en que el desarrollo y el compartir tecnologías con las que mejorar la eficiencia energética a través de las energías renovables ayudarán a combatir el cambio climático. Sin embargo, esto no será posible sin el esfuerzo conjunto de los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.

Visto desde un enfoque integral, este proceso no puede olvidar un marco jurídico estable para los inversionistas, así como la generación de nuevos mecanismos de financiación que involucren a los distintos agentes regionales, nacionales e internacionales.

También se resaltó la importancia de las interconexiones eléctricas a nivel regional. América Latina y el Caribe están en mora de crear una base de datos y redes eficientes en energías renovables para así clarificar mejor su demanda y oferta a los países europeos.

Además de la sociedad civil como actor relevante en la definición y ejecución de los proyectos de cooperación tecnológica en este campo, se recalcó la necesidad de ampliar y generar nuevos mercados para las PYMES.

“Sólo conjuntamente podremos alcanzar un desarrollo eficiente energético a nivel global”, dijo el ministro de Cooperación Económica y Desarrollo alemán, Dirk Niebel, al inaugurar el Foro. Con él estuvieron de acuerdo los asistentes al evento. Ahora sólo falta que la intención política trascienda a planes de acción más reales.

Autora: Cristina Mendoza Weber

Editora: Luna Bolívar Manaut