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Esperando meteoritos

24 de abril de 2010

Apelando a tecnología de punta, científicos de Friburgo investigan las consecuencias que los impactos de meteoritos sobre la Tierra podrían traer para la vida en nuestro planeta, dependiendo de sus dimensiones.

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Los científicos están trabajando en medidas de protección contra ellos.Imagen: dw-tv

La amenaza es real: millones de rocas se hallan flotando en nuestro sistema solar y, de cuando en cuando, una de ellas se enrumba hacia nuestro planeta. Buena parte de ellas se deshace en el camino porque sus dimensiones no son muy grandes, pero no pocas logran alcanzar la superficie de la Tierra. Científicos del Instituto Fraunhofer Ernst Mach en Friburgo intentan responder una de las preguntas que más inquietan a la gente cuando piensan en esas rocas errantes: ¿Qué volumen debe tener un meteorito para ser considerado peligroso?

La simulación, un reto técnico

Para llevar adelante su investigación, los científicos armaron un cañón de 40 metros de longitud. Ese cañón disparó una esfera de acero de un centímetro de diámetro contra un bloque de arenisca a una velocidad de 35.000 kilómetros por hora para que las condiciones del experimento fueran realistas. “Nosotros sólo podemos producir esta velocidad usando presiones muy altas. Y controlar estas presiones constituye un reto tecnológico. Esto sólo lo pueden lograr unos pocos en el mundo”, dice uno de los involucrados en el experimento con un dejo de orgullo.

Una vez que la prueba terminó, las fotografías tomadas por una cámara de alta velocidad aportaron las primeras evidencias de que el experimento había funcionado. Lo que los científicos contemplan es impresionante: la pequeña esfera de acero ha creado un agujero mucho más grande en el bloque de arenisca. El cráter que el impacto generó tiene un diámetro de 20 centímetros y la esfera en cuestión se incrustó a una profundidad de cinco centímetros. Para su sorpresa, los científicos encuentran también un segmento deformado de la esfera de acero.

Pequeñas causas, grandes consecuencias

Una prueba tomada del cráter creado por la esfera fue enviada al Museo de Ciencias Naturales de Berlín para que Thomas Kenkmann, un especialista en cráteres internacionalmente reconocido, la analizara. El geólogo comparó esa prueba con restos de rocas encontradas en otros cráteres generados por auténticos meteoritos y llegó a conclusiones espeluznantes: según Kenkmann, de impactar contra la Tierra, una roca relativamente pequeña –un meteorito con aproximadamente doscientos metros de diámetro, por ejemplo– podría destruir una ciudad grande.

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Una roca relativamente pequeña –un meteorito con aproximadamente doscientos metros de diámetro, por ejemplo– podría destruir una ciudad grande.Imagen: picture-alliance/ dpa

En el lugar del impacto, la temperatura ascendería de golpe a más de 10.000 ºC. Eso produciría olas de calor que podrían, bajo determinadas condiciones, darle la vuelta al planeta entero. Si el meteorito cayera en el océano, causaría tsunamis con una enorme capacidad destructiva. Además, el impacto del meteorito generaría una densa nube de polvo en la superficie del planeta que opacaría nuestra visión. No podríamos ver el sol y las temperaturas descenderían rápidamente. En el planeta imperaría el invierno durante varios años.

Concibiendo el Plan B

Sin embargo, muchos científicos coinciden en decir que la probabilidad de que un meteorito o un cuerpo cósmico de otra naturaleza choque contra la Tierra es muy pequeña: el chance de que una roca con un diámetro de un kilómetro nos alcance es de 1 en un millón de años. Y los meteoritos con decenas de metros de diámetro caen en nuestro planeta cada mil años; en el peor de los casos, cada cien años. En cambio, meteoritos pequeños con un metro de diámetro aterrizan cada año.

Los asteroides son vigilados atentamente. Y no sólo eso. Los científicos están trabajando en medidas de protección contra ellos. Ellos aspiran poder disparar contra grandes rocas espaciales para destruirlas cuando se hallen en camino hacia la Tierra o, por lo menos, alterar su trayectoria. Pero el Plan B a aplicar cuando el caso se presente en la realidad sigue siendo pura teoría.

Autora: Maria Lesser / erc

Editor: José Ospina Valencia