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Guillermo Piro: "Maradona no se irá"

10 de marzo de 2010

El escritor argentino Guillermo Piro opina sobre la actuación de Diego Maradona como DT del seleccionado argentino y da su pronóstico acerca del partido amistoso entre Alemania y Argentina del 3 de marzo de 2010.

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Guillermo Piro (Buenos Aires, 1960), es escritor y periodista.Imagen: Guillermo Piro


Yo ya no tengo esperanzas. Dejando de lado el debut de Maradona como DT (ante Escocia, el 19 de noviembre de 2008, con un triunfo por 1-0 en Glasgow), Argentina jugó 14 partidos en 2009, de los que ganó 8 y perdió 6. Marcó 22 goles y le anotaron 24. Y con esto queda claro que los números del equipo fueron malos. De todos modos, es claro que hablamos de fútbol, lo que quiere decir que puede suceder cualquier cosa, pero si me pidieran que hiciera predicciones para el próximo match contra Alemania, creo que a modo de respuesta me taparía la cara con las manos y me pondría a llorar.

Tengo la impresión, errada tal vez, de que las cosas perdurables se hacen en silencio. Se me dirá que Maradona no es alguien proclive al ruido, en cuyo caso diría que no estoy de acuerdo. Y no hablo de las conferencias de prensa, el teatro propicio para dar rienda suelta a su histrionismo negativo, a su malhumor y su ignorancia – soy de los que se rieron cuando espetó aquel “que la chupen y la sigan chupando” que escandalizó, literalmente, a medio planeta; no me refiero a su ausencia de elegancia y su ejercicio de malicia, como también me tiene sin cuidado su historia de consumo de drogas y su sobrepeso, – sino de cierta autoafirmación personal exacerbada, con la cual es imposible hacer nada y de cuyo ejercicio es imposible que surja algo que valga la pena. Y algo que valga la pena, desde el punto de vista de nosotros, pobres espectadores televisivos, ya ni siquiera se traduce en términos de victoria o derrota, sino de dignidad y de bochorno.

En la Argentina, pareciera que aquellos que el 3 estarán sentados frente a una pantalla, a menos que estén locos, no esperarán una victoria, aunque vuelvo a insitir: todo es posible, hasta ganarle a Alemania en Múnich. Pero no, hasta los milagros parecen obedecer a cierta lógica – hay una lógica sobrenatural, Dios juega a los dados con el universo y a veces pierde, pero no hace trampas... o eso quisiera creer.

Maradona no aprobó satisfactoriamente su examen como técnico. De hecho – algo que ocurre por primera vez en toda la historia de la Selección Nacional, – hay un debate sobre quiénes deben ser los colaboradores del entrenador, con lo que queda claro que más allá del liderazgo natural del que Maradona sería feliz poseedor – se lo quiere rodear de gente apta para el trabajo de campo. Alejandro Mancuso, Miguel Angel Lemme, el Negro Enrique... A medida que los años pasan, nuevas figuras en papeles que existieron siempre pasan a ser cada vez más relevantes. ¿Quién es el utilero de la Selección Nacional? Esperen unos años y será un nombre que conocerá todo el mundo. El ascenso de papeles normalmente irrelevantes es un signo de la ineficacia de los papeles relevantes. Nadie conoce el nombre de la secretaria de un gerente, a menos que el gerente sea un incapaz. La aparición de papeles subalternos permite la descarga de responsabilidades: cuántos más sujetos estén involucrados públicamente en el desarrollo de un proyecto, más gente habrá a la que poder echarle la culpa. La ley que reza: “Si el cadete es ineficiente, echen al gerente”, aquí no se aplica. Maradona no se irá.

Messi es un caso aparte. Considerado el mejor jugador del año sigue sin mostrar el talento que habitualmente despliega en el Barcelona. Se dice que Messi juega mejor en el Barcelona que Argentina porque tiene compañeros que lo entienden y porque posee un entrenador como Josep Guardiola que lo contiene. Si esto es verdad, habrá entonces que bajar las expectativas sobre lo que Messi pueda hacer: un jugador verdaderamente extraordinario no debería necesitar de nadie para hacer bien su trabajo. De todos modos, un cadete como Messi me inspira más confianza que un gerente como Maradona.


Hubo una serie de resultados que hicieron que todo se desmoronara bruscamente. El piso de rendimiento de la Selección Nacional se consiguió ante Bolivia (1-6), ante España (1-2) y ante el modestísimo combinado de Cataluña (2-4). Eso le baja la moral a cualquiera. No se trata de la incapacidad para aceptar la mera derrota, no. Es algo que todo el tiempo tiene que ver con el bochorno, con la vergüenza, con la ignominia. A diferencia de aquel personaje de Faulkner, entre la pena y la nada, elijo la nada. Sería mejor quedarse en casa y ver el Mundial de Sudáfrica sin esa continua sensación de que se está haciendo el ridículo. El miércoles se verá. Quiero creer que Maradona tiene un plan, pero aún en ese caso es sabido que Dios nunca se ríe más que cuando escucha nuestros planes. No me siento Dios en absoluto – no estoy tan loco, – pero creo que yo mismo me reiría de sus planes si los supiera.

Guillermo Piro es escritor, periodista y traductor. Nació en 1960 en Avellaneda, Buenos Aires. Ha traducido, entre otros, a Juan Rodolfo Wilcock, Roberto Benigni y Emilio Salgari. Sus artículos, críticas, entrevistas y crónicas de viaje han aparecido en Clarín, La Nación, Diario Perfil, Página/12, First, 3 Puntos, La Stampa, Los Inrockuptibles. Actualmente es editor del suplemento Cultura del Diario Perfil. En el año 2000 ganó el 2do. Premio Nacional de Literatura con su novela 'Versiones del Niágara' (Editorial Tusquets). Es autor, entre otros títulos, de 'La golosina caníbal' y 'Estudio de manos' (poesía), y de 'Celeste y Blanca' (novela).