1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Desechos de oro

9 de marzo de 2010

Organizaciones ecologistas llaman la atención sobre las consecuencias drásticas de la acumulación de desechos electrónicos. No obstante, el reciclaje de estos aparatos es una fuente de riqueza poco explorada.

https://p.dw.com/p/MMqq
La chatarra electrónica contiene una cantidad de materiales valiosos.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

La vida promedio de un celular es muy corta. Cada año, millones de consumidores cambian sus celulares por aparatos nuevos, más modernos. En 2008, se vendieron 1.200 millones de celulares y casi 300 millones de computadoras a nivel mundial.

¿Pero qué pasa con los aparatos eléctricos cuando dejan de funcionar o son reemplazados por un producto nuevo? Muchos terminan en la basura, aunque podrían servir como fuente de recursos.

Los celulares usados realmente valen su peso en oro: dentro del estuche plástico se encuentran pequeños elementos electrónicos hechos de materiales valiosos como cobre, oro y otros que, además son muy escasos, como iridio o cobalto.

Reciclaje de aparatos electrónicos

Es una cuestión de reutilización. En algunos países industriales hay iniciativas para evitar que estos materiales valiosos terminen en la basura. Por ejemplo en Alemania: hace ya ocho años, la organización ecologista alemana Deutsche Umwelthilfe dio vida a un proyecto de reciclaje y, en cooperación con la empresa de telecomunicación T-Mobile, recolecta celulares usados.

No hay que subestimar la inversión a largo plazo. Cada aparato reciclado evita la explotación de recursos de gran valor que muchas veces son extraídos bajo circunstancias preocupantes en países del tercer mundo.

"Materiales como coltán e iridio son muy escasos mundialmente", explica Steffen Holzmann, director de proyecto del sector Eco-IT de la Deutsche Umwelthilfe. "Por eso intentamos cerrar el ciclo de recursos para poder satisfacer la demanda a largo plazo. No se puede abusar de estos materiales como si fueran artículos desechables", indica.

Los electrodomésticos son verdaderos tesoros en cuanto a estos materiales escasos. Un ejemplo: para extraer un barril cobre de una mina, hay que trabajar aproximadamente 1000 barriles de rocas. La misma cantidad de cobre se encuentra en 14 barriles de chatarra electrónica. El reciclaje es la fórmula mágica para reducir la explotación de recursos y a la vez disminuir las montañas de chatarra.

Los vertederos están creciendo a pasos agigantados. La dimensión de esta problemática quedó demostrada cuando hace poco Uganda prohibió la importación de computadoras usadas porque ya no se daba abasto con la eliminación de los desechos.

Mientras que en los países industriales la práctica de reciclar desechos electrónicos se está expandiendo crecientemente, la mayoría de los países de desarrollo no tiene ni la tecnología ni la infraestructura para eliminar las masas de chatarra en forma inocua para el medio ambiente.

Müllhalde Kampala 2 Flash-Galerie
Vertedero en Kampala, Uganda.Imagen: Simone Schlindwein

Organizaciones ecologistas: vertederos van a crecer

Según la UNEP, el programa ecológico del ONU, la cantidad de desechos electrónicos en la India se va a quintuplicar hasta 2020 en comparación de los datos de 2007, mientras que en África de Sur y China se va a cuadruplicar.

Las consecuencias son fatales: muchos de los metales pesados que se encuentran por ejemplo en baterías de celulares son cancerígenos. Otros contaminan el agua subterránea, la tierra y el aire.

Por eso, muchas organizaciones ecológicas requieren que los productores garanticen el reciclaje de los aparatos. Sin embargo, el primer paso debe ser evitar la generación de basura electrónica, destaca Steffen Holzmann: "Si puedo utilizar un aparato por más tiempo, no hace falta producir un aparato nuevo. Así, el balance de energía y recursos es mucho mejor que intentando recuperar los recursos."

Si se logra extender el tiempo de vida de un celular, a la vez se prolongará la vida de nuestro planeta.

Autora: Helle Jeppesen / Lisa Rauschenberger

Editora: Emilia Rojas-Sasse