Presentación de Europa 2020

La agenda Europa 2020 tiene el crecimiento como núcleo: uno inteligente para desarrollar la economía basándose en el conocimiento y adecuar el mercado interno al siglo XXI; uno sostenible para promover la eficiencia de los recursos y la competitividad de la economía; y uno incluyente para lograr a través de altos niveles de empleo la cohesión social y territorial. De trasfondo: la aún muy presente crisis económica y el profundo déficit de Grecia se contraponen a la vieja estrategia Lisboa 2010, que, en líneas generales, se da por fracasada. El sueño del año 2000 de en diez años convertir a la UE en el espacio económico más fuerte del mundo naufragó hace mucho tiempo.

“No hay tiempo que perder”

Para lograr los objetivos de este crecimiento, los 27 países miembros de la UE necesitan de una mayor coordinación de sus políticas económicas. "La crisis ha dejado en evidencia nuestras debilidades", subrayó el presidente Barroso, puntualizando que los últimos doce meses han borrado mucho del crecimiento y el empleo generado por la economía europea en la última década. "Esta crisis ha hipotecado el progreso. El crecimiento de Europa ha sido duramente comprometido y el desempleo se ha multiplicado. Por eso, Europa tiene que actuar para evitar el declive. No hay tiempo que perder".

"Las divergencias entre los Estados tienen un impacto directo en todos los demás... Somos más interdependientes que nunca, y necesitamos más que nunca una coordinación económica", agregó, aludiendo también al mercado único y sus ventajas para el comercio. “Cerrar los ojos al mundo no hará que desaparezca... pero hay algo más que debemos hacer y que antes no se hacía: la coordinación, la gobernación común con coherencia y persistencia, con continuidad. Sólo así tendremos una clara estrategia europea en funcionamiento para todos", arengó.

Las metas

El nuevo plan pretende, hasta el año 2020, aumentar el empleo del 69 por ciento al 75 por ciento de la población activa (entre los 20 y los 64 años) e incrementar la inversión en investigación y desarrollo desde el 1,9 por ciento hasta el 3 por ciento del PIB de la UE. 20 de los 80 millones de personas que viven en la UE bajo el límite de la pobreza deben haber salildo hasta el final de esta década de esa situación.

Las emisiones de dióxido de carbono deben recortarse en un 20 por ciento en comparación con los niveles de 1990 y la proporción de energía renovable en el consumo final de energía debe crecer al 20 por ciento. El consumo de energía debe caer, además, un 20 por ciento. Ésta es la meta llamada 20/20/20.

Uno de los principales retos será asegurar que los estados miembros cumplan los objetivos nacionales que se acordarán una vez que el plan sea aprobado. La intención es en parte evitar otra crisis financiera como la de Grecia; para ello, un gran obstáculo será conseguir la firma de todos los países de la UE.

Críticas

Martin Schulz -jefe de del segundo grupo en el Parlamento Europeo, la Alianza de Socialistas y Progresistas- critica sobre todo la falta de credibilidad de este plan, pues “no habla suficientemente de los problemas sociales en la UE. Tenemos una tijera cada vez más abierta entre ricos y pobres. Y en cuanto a la consolidación de los presupuestos está claro que tenemos que consolidar, pues la deuda es muy alta. La pregunta es: ¿quién paga esa deuda”.

Por su parte, Rebecca Harms, líder de la fracción de Los Verdes, acusa a Durao Barroso de repetir los errores de la estrategia anterior y de no presentar objetivos más ambiciosos. “Ratificar los objetivos en cuanto a cambio climático es muy poco”, declara Harms y añade: . “Aferrarse rígidamente al crecimiento del producto interno bruto como núcleo del desarrollo económico es la receta para el siguiente fracaso. El crecimiento económico por sí solo no crea mayor justicia social”.

La nueva estrategia económica europea será sometida a la aprobación de los jefes de Estado o gobierno europeos en la cumbre económica de primavera, los próximos 25 y 26 de marzo.

MB/agencias
Editora: Emilia Rojas