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Se reaviva el conflicto por Malvinas

19 de febrero de 2010

Se intensifica el conflicto argentino-británico por la soberanía de las islas Malvinas ante los planes de Gran Bretaña de explotación hidrocarburífera en la zona norte de las islas. ¿Vuelve el fantasma de Malvinas?

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Puerto Stanley, Malvinas.Imagen: Flickr/Skinnyde

La disputa argentino-británica por las islas Malvinas (Falkland para el Reino Unido) se agita otra vez ante el progreso en las exploraciones petrolíferas de compañías inglesas en la región. El vicecanciller argentino, Victorio Taccetti, condenó el avance en las exploraciones británicas como un “acto unilateral de agresión”.

El prolongado conflicto entre Argentina y el Reino Unido data del siglo XIX, y tuvo su punto cúlmine en 1982, cuando el ejército argentino de la última dictadura militar, al mando del ex presidente de facto Leopoldo Galtieri, ocupó las islas, desatando así la guerra con Gran Bretaña, que duró 73 días, y en la que Argentina resultó derrotada. Durante el conflicto bélico murieron 649 argentinos y 255 británicos.

Las perforaciones de la nueva discordia

Stanley, Falkland Islands
La plataforma petrolera se instalará en la zona de Malvinas.Imagen: Flickr/Czar I. King

La plataforma petrolera Ocean Guardian llegará a las Islas Malvinas a comienzos de marzo. Su propietaria es la firma estadounidense Diamond Offshore, que cuenta con 46 plantas de este tipo y que se desempeñará por encargo de la empresa británica Desire Petroleum y otras dos empresas para extraer crudo del subsuelo marino. La plataforma está en camino a las Malvinas desde noviembre del 2009, y su llegada sería inminente. El emprendimiento petrolífero comprende perforaciones en una zona 200 millas alrededor de las islas, calculándosele un rédito de cerca de 60 mil millones de barriles de petróleo. Ya en 1998 Gran Bretaña realizó excavaciones de prueba y abandonó el proyecto por considerarlo no rentable. El aumento del precio del petróleo habría revertido esta decisión.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner expresó su disconformidad y acusó a Gran Bretaña de no cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas. En un intento de bloquear el tránsito marítimo entre las islas y el territorio argentino, Fernández de Kirchner firmó el decreto 256/10, por el cual todo barco que quiera atravesar aguas argentinas rumbo a islas Malvinas tendrá que pedir autorización a ese país.

Dr. Mariana Llanos
Dra. Mariana Llanos, del Instituto de Estudios Latinoamericanos (GIGA) de Hamburgo.Imagen: www.giga-hamburg.de

“Muchas son las especulaciones acerca de si se trata de una maniobra dilatoria o de distracción del gobierno de Cristina Fernández en vista de la crisis de credibilidad por la que atraviesa, debida a la corrupción, a la inflación creciente y a la reciente crisis política interna de la que salió mal parado al tener que aceptar que no podía disponer ‘por decreto’, sin seguir los pasos institucionales, de los fondos de reserva del Banco Central Argentino, el llamado 'Fondo del Bicentenario', para pagar con ellos la deuda externa. Dicho decreto no ha sido ratificado aún por el Congreso argentino”, explica Mariana Llanos, analista política del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo (GIGA). Según Mariana Llanos, “en situaciones de extrema debilidad, como la que vive el gobierno argentino, estas cuestiones que atacan al sentimiento nacional, y que en Argentina son tan sensibles, pueden servir para unificar y fortificar el consenso a favor del gobierno, o para iniciar un conflicto cuyas consecuencias no se pueden prever.”

El canciller argentino, Jorge Taiana, solicitará la semana próxima una mesa de negociaciones al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en Nueva York, a fin de “discutir la cuestión de fondo: la soberanía de Malvinas”, dijo el canciller.

En Londres, el primer ministro británico Gordon Brown defendió el derecho del Reino Unido de llevar a cabo exploraciones de reservas petrolíferas en aguas cercanas a las islas. Hemos tomado todas las medidas necesarias par asegurarnos de que los pobladores de las islas estén correctamente protegidos”, dijo Brown al respecto del supuesto envío de buques de guerra a la región.

¿Reacciones exageradas o maniobra política?

El secretario del grupo mixto parlamentario de Gran Bretaña, el diputado conservador Andrew Rosindell, manifestó que “Argentina no tiene nada que decir sobre las Falklands” e indicó que tal actitud “es inaceptable”. Si bien la “provocación del Gobierno argentino debe ser tomada en serio”, dijo Rosindell, “saben que los británicos están bien preparados y que esta es una guerra que no pueden ganar”.

El presidente del grupo parlamentario, Nicholas Winterton, señaló además que pediría una reunión en el Parlamento la próxima semana para debatir el decreto, que calificó de "patético e inútil" dado que, según él, Argentina no tiene ninguna jurisdicción sobre las islas que Gran Bretaña ocupa desde 1833. Además, el decreto 256/10 no se aplicaría a las aguas internacionales.

Claudia Zilla
Dra. Claudia Zilla, de la Fundación alemana Ciencia y Política SWP.Imagen: Claudia Zilla

Con respecto a la reacción del gobierno argentino, la politóloga Claudia Zilla, investigadora de la Fundación alemana Ciencia y Política SWP, opina que “tradicionalmente, los Kirchner, tanto Néstor como Cristina, siempre fueron defensores de la causa de las Malvinas. Estas exploraciones británicas les dieron un motivo más para mostrar su posición o reaccionar, esta vez con un decreto, lo que tiene un mayor grado de institucionalidad que antes. Pero sus discursos ante la ONU o en la Cumbre Iberoamericana siempre denotaron una posición más dura que la de otros gobiernos argentinos al respecto. Esta reacción hay que verla en este contexto. El hecho de que una compañía llegue a realizar perforaciones es algo frente a lo que - debido a su postura tradicional respecto del tema – no podían permanecer impasibles.”

Leopoldo Galtieri
Ex dictador Leopoldo Galtieri.Imagen: AP

Y continúa: “El tema Malvinas es uno de los pocos que tiene el consenso casi unánime de la sociedad argentina. La situación actual del Gobierno no es ideal, y el apoyo de la sociedad es bajo y va en declive, y hay un conflicto institucional. Obviamente, la temática ‘Malvinas’ distrae de todo esto, pero no creo que se trate de una táctica premeditada y conciente de manipulación, ya que la causa Malvinas siempre fue una causa de los Kirchner. Néstor Kirchner dijo al asumir entonces su gobierno: ‘Somos del sur y venimos de la cultura malvinense’. Y es un tema delicado, porque despierta la memoria de una guerra que prolongó la supervivencia de un gobierno militar pero que, al mismo tiempo, lo desmoronó al perder Argentina la guerra. Es un arma de doble filo”, subraya la analista.

¿Puede Argentina recuperar la soberanía en Malvinas?

Con respecto a la posibilidad real de que Argentina recupere la soberanía sobre las Malvinas, Claudia Zilla explica que “un extremo sería la pretensión argentina de recuperar la soberanía fáctica sobre las islas Malvinas. Argentina dice tener una soberanía formal, ya que los habitantes de Malvinas, los ‘Kelper’ son británicos, no argentinos. La soberanía pretendida no es fáctica, y los argentinos lo saben. Los británicos dicen que tienen la soberanía fáctica porque tienen la soberanía formal y les corresponde, y están en ventaja porque hacen ejercicio de la soberanía fáctica. Esto hace casi imposible una recuperación efectiva de las Malvinas por parte de la Argentina.”

Der argentinische Präsident Nestor Kirchner mit seiner Ehefrau zu Besuch in Berlin
Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner en Berlín.Imagen: AP

Si bien parecería que todo habla en contra de una recuperación de la soberanía, según Claudia Zilla, “es lógico que Argentina mantenga la aspiración de soberanía. Bolivia también la sigue teniendo con el acceso al Pacífico, la sigue teniendo Perú en el conflicto con Chile. Son conflictos no solucionados, al contrario de la exitosa solución del conflicto entre Chile y Argentina, que llegaron a un acuerdo en cuanto a la línea de división territorial. Eso nunca pasó entre Gran Bretaña y Argentina, porque siguen existiendo pretensiones de uno y otro lado que se excluyen recíprocamente. Hay un acuerdo de convivencia pacífica, pero no hay un acuerdo en cuanto a las islas y las aguas que las rodean, y por eso el conflicto persiste. Falta un acuerdo fundamental que supere al problema.”

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Guerra de Malvinas, 1982.Imagen: AP

La politóloga dice que el problema de la Argentina no es la demanda de soberanía sobre las Malvinas. Esa demanda puede continuar. El problema es que no se realiza de manera seria y consecuente. “Cristina Kirchner comparó cierta vez el conflicto de las Malvinas con el conflicto palestino. Si se hacen ese tipo de declaraciones, nadie va a tomar en serio el reclamo argentino. Es entendible, desde la lógica argentina, el reclamo de soberanía, pero no parece conducente ni efectiva la forma en la que se reacciona en este momento. Se puede mantener una posición argentina de pretensión de soberanía, pero de una forma seria y con un perfil un poco más bajo, sin reacciones exageradas. Ese sería un camino intermedio”, apunta la experta.

El planteo ante la Comisión de Descolonización en la ONU Naciones Unidas, por ejemplo, se hace siempre que el conflicto se reaviva, pero no tendría el apoyo multilateral necesario debido a la imagen de Argentina, cuyo gobierno se considera imprevisible e impulsivo. "La Argentina está muy aislada internacionalmente", opina la analista.

Claudia Zilla piensa que, dada la posición del Gobierno de Fernández de Kirchner, un fin del conflicto no sería posible en este gobierno, sino tal vez con otro gobierno que encare el tema de manera diferente. Y al respecto de una posible escalación, la experta cree que, a nivel discursivo, puede tener repercusiones, ya que aportaría mucho al tema de solidaridad regional, pero piensa que una escalación es poco probable, y no sería en beneficio de ninguno de los actores.

Autora: Cristina Papaleo

Editor: José Ospina Valencia