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Escondiendo la cabeza como el avestruz

18 de febrero de 2010

Declaraciones del vicecanciller alemán, Guido Westerwelle, sobre subsidios sociales, la crisis de Grecia, la prohibición de bombas racimo y la política nuclear de EE.UU. son los temas comentados hoy.

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Guido Westerwelle, ministro de Exteriores y vicecanciller alemán.Imagen: AP

Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “Que Guido Westerwelle se juegue todo a una sola carta y sea prácticamente el único político alemán que señala contradicciones económicas de fondo es consecuente y de ningún modo una tarea sin sentido. A pesar del previsible clamor de los medios y de muchos políticos, se entiende perfectamente a Westerwelle. (…) Es obvio que en la opinión pública alemana hay una gran sensibilidad acerca de que la situación no puede seguir como está, de que hay que ahorrar y de que la obligación de quienes desempeñan cargos políticos sería tocar el tema y actuar en consecuencia. Sin embargo, una ola de agravios se cierne sobre uno de los pocos que se atreven a advertir, y su partido pierde consenso. ¿Estamos ante una sociedad que esconde su cabeza como el avestruz?”

No se debe abandonar a Grecia

Corriere della Sera, de Milán: “Ya existen propuestas para dejar que Grecia siga sola su camino. Atenas no amortiza las deudas y se aleja del euro. Grecia es un país pequeño, por lo cual se podría ser inflexible y negarse a ayudar a quien vive excediendo sus posibilidades. Eso no representaría un gran peligro y fortalecería la credibilidad del euro. Pero tal estrategia conlleva el riesgo de aislar a Grecia detrás de un muro. (…) La atención se desvía hacia España, la que, a diferencia de Grecia, no es pequeña, y cuyos bancos se cuentan entre los más grandes de Europa. Y si, además, el crecimiento estanco hace que las deudas se vuelvan inaceptables, entonces tampoco se sabe cómo Italia podría fortalecerse.”

Adiós a las bombas racimo

Politiken, de Copenhague: “A partir del 1º de agosto se prohibirá definitivamente el uso de bombas racimo. Esa es una buena noticia, después de que estas armas diabólicas les han costado la vida o la salud a demasiados civiles durante décadas. (…) La cooperación internacional es muchas veces lenta, pero también, como ahora, puede ser alentadora si se trata de acabar con un mal global. También las Naciones Unidas creen que es muy prometedor el hecho de que, a quince meses de su firma, el convenio ya haya sido ratificado por una cantidad suficiente de países. (…) Entre ellos se halla la mayoría de los países que conforman la OTAN, pero es de lamentar que no estén presentes los EE.UU. George W. Bush fue, durante su mandato, un tenaz opositor de la prohibición de bombas de dispersión. Está por verse si su sucesor, Barack Obama, seguirá el camino de los países de la OTAN.”

¿Para qué más centrales atómicas?

Salzburger Nachrichten, de Viena: “Las reservas de uranio son limitadas y se terminarán antes que el petróleo. Ni siquiera la técnica más moderna puede prever los riesgos que comporta este elemento. Y el depósito de desechos de uranio sigue siendo un problema irresuelto. (…) Además, sólo un seis por ciento de toda la energía del planeta proviene de la energía atómica. Aún si se iniciase la construcción de miles de centrales nucleares, el cambio climático no podría detenerse. El problema del clima es sólo la fachada de la industria nuclear, que olfatea negocios provechosos en todo el mundo bajo el disfraz de la protección al medioambiente.”

Autor: CP/ dpa
Editor: José Ospina Valencia