1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

100 días de Gobierno: a la coalición de Merkel le llueven críticas

4 de febrero de 2010

Lo que se anunció como un matrimonio de ensueño se está convirtiendo en pesadilla. El Gobierno de coalición cumple en Alemania sus cien primeros días, y liberales y cristianodemócratas campean como pueden el temporal.

https://p.dw.com/p/Lt6d
Guido Westerwelle y Angela Merkel: coalición en dificultades.Imagen: AP

"Cien días, diez chascos", fustiga a grandes caracteres en su página nacional el diario más leído del país, el sensacionalista Bild. El rotativo enumera los "diez mayores tropiezos" de la nueva coalición gubernamental, como la sustitución del ministro de Trabajo- caído en desgracia por un ataque militar en Afganistán- o la designación como titular de Cooperación del ex secretario general del Partido Liberal (FDP), Dirk Niebel, que cuando fue opositor demandó la supresión de esa misma Cartera.

La oposición no ha sido más misericorde al trazar el balance de la gestión de Merkel (Unión Cristianodemócrata, CDU) y su vicecanciller, el liberal Guido Westerwelle. "Es tiempo perdido para Alemania. El nuevo Gobierno sólo se preocupa de servir a intereses particulares", sostuvo el presidente del Partido Los Verdes, Cem Özdemir. El jefe de la bancada de los socialdemócratas, quien fuera vicecanciller de Merkel en el Ejecutivo anterior, Frank-Walter Steinmeier, dijo no recordar otro un comienzo tan malo de un Gobierno en Alemania.

"Problemas de arranque"

11 años hubieron de esperar conservadores y liberales para poder volver a formar su predilecta alianza. Sin embargo, hoy los socios están enzarzados en varias disputas, como los planes del FDP de modificar radicalmente la financiación del sistema de salud público.

"Es una completa tontería. Voy a oponerme con todas mis fuerzas", amenazó Horst Seehofer, presidente la CSU, de la rama bávara de la CDU de Merkel, ante la intención del ministro de Salud, el liberal Philip Rösler, de imponer el pago de una suma fija al seguro sanitario, independientemente de los ingresos. Los liberales se defendieron acusando a los socialcristianos de "menopáusicos" y de estar librando una "guerra de trincheras", mientras que su presidente, Westerwelle, admitía que la unión gubernamental había tenido "problemas de arranque".

Otro tema que enardeció los ánimos fue la rebaja del Impuesto al Valor Añadido (IVA) al sector hotelero, que muchos calificaron de "clientelismo" después de que se conociese que justamente una cadena hotelera había efectuado un importante donativo al promotor de la rebaja, el Partido Liberal. La medida fue incluso criticada por uno de los vicepresidentes de la propia agrupación, al que se llamó al orden inmediatamente.

Malas notas por doquier

Sindicatos, empresarios y asociaciones sociales tampoco se mostraron satisfechos con los primeros cien días de gestión de los "cristiano-liberales". La Asociación de la Industria Alemana exigió un programa de crecimiento y más ahorro en los presupuestos. Una encuesta entre 700 altos ejecutivos alemanes que publica hoy el diario económico Handelsblatt arroja un mero "suficiente" para el nuevo Gobierno, la peor nota desde noviembre de 2006.

Los sindicatos, por su parte, acusan al FDP de clientelismo a favor de los sectores más acomodados. El presidente de la Confederación General de Sindicatos, Michael Sommer, afirmó que los liberales confundían ideología con política. Mientras, la Asociación Benefactora de Trabajadores le achacaba al Ejecutivo una fallida política familiar al beneficiar a los que más ganan con un aumento del salario familiar generalizado; y cinco grandes organizaciones ecologistas le reprochan "fracaso total" en la política de protección medioambiental.

También entre el electorado se difumina el respaldo: según una consulta de la segunda cadena de televisión pública alemana, la ZDF, el porcentaje de decepcionados con la actual gestión gubernamental ha subido de un 30 a un 46 por ciento en estos primeros tres meses.

Decisiones importantes

Pese a todo, Merkel y sus socios esquivaron las críticas y destacaron lo conseguido hasta el momento. Por ejemplo, pusieron sobre la mesa, el paquete de rebajas de 8.500 millones de euros (11.700 millones de dólares) a las empresas y las familias y la prórroga del subsidio para los afectados por la reducción de la jornada laboral, que frenó el aumento del desempleo.

"Se puede decir quizás que hemos tomado decisiones importantes pero que en el curso de este año nos esperan naturalmente otras muchas", declaró la canciller. Por lo pronto, todos esperan el momento en que tanta rebaja fiscal deba ser compensada por medio de fuertes recortes del gasto público, pero éstos seguramente no lleguen hasta después de las elecciones regionales en Renania del Norte-Westfalia, el Estado alemán más poblado, que se celebrarán el próximo mayo. (dpa)

Editora: Luna Bolívar Manaut