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Elecciones en Chile: "El cambio es positivo"

18 de enero de 2010

La nueva era que el domingo se abrió en Chile le permitirá "oxigenarse" a la Concertación y demostrar su compromiso con la democracia a la derecha, dice Claudia Zilla desde la alemana Fundación Ciencia y Política.

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Sebastián Piñera, recién electo presidente de Chile.Imagen: AP

La Concertación por la Democracia se despide del Gobierno en Chile- después de 20 años. Aunque la dictadura de Augusto Pinochet siga presente, al menos temáticamente, en la vida política del país sudamericano, las alternancias en el poder son una prueba de normalidad democrática, opina Claudia Zilla, politóloga de la Fundación Ciencia y Política (SWP por sus siglas en alemán).

DW-WORLD: Los chilenos que ayer votaron por Piñera, ¿votaban por él o votaban por el cambio?

Claudia Zilla: Yo diría que votaron por el cambio que significa Sebastián Piñera frente a la opción de prolongar los 20 años de gobierno de la Concertación por un quinto período más.

En este sentido, hay que tener en cuenta dos cosas. Primero: ésta no fue la primera vez que Piñera probó su suerte como candidato presidencial. Y segundo: su triunfo se debió a un escaso margen de votos y no fue acompañado por el logro de una clara mayoría parlamentaria. En las elecciones de 2005, el desgaste sufrido por la Concertación en el Gobierno pudo ser compensado con la figura renovadora de Michelle Bachelet. Éste ya no fue el caso de la candidatura del ex presidente Eduardo Frei.

Ese cambio, ¿es necesario para Chile?

Este cambio quizá más que necesario es positivo. La primera rotación en el poder tras la transición democrática le brinda, por un lado, la oportunidad a la derecha política chilena de demostrar su compromiso con la democracia y de realizar las reformas estructurales pendientes en el proceso de modernización del país. Por el otro lado, forzará a los partidos de la Concertación a “oxigenarse” desde la oposición, a actualizar su contenidos y hacer un cambio generacional de sus cuadros. Así, se abrirían oportunidades para el oficialismo y la oposición que, de ser aprovechadas, beneficiarían a Chile.

Pineras Anhänger jubeln in Chile
La derecha vuelve por la vía democrática al Gobierno de Chile.Imagen: AP

Piñera se enriqueció durante la dictadura y a su lado se sientan algunos antiguos pinochetistas. El hecho de que haya sido elegido presidente, ¿demuestra que Chile ha cerrado ya el capítulo dictatorial y de paso a la democracia?

Chile cuenta, en realidad, recién después de casi 50 años nuevamente con un presidente de derecha elegido democráticamente. Este hecho pone de manifiesto un debilitamiento del “factor Pinochet”, pero no su total desaparición. También en esta campaña electoral se tematizó la dictadura militar: para Piñera fue importante recordar que había votado en contra de la prolongación del Gobierno de Pinochet en el plebiscito de 1988. Frei rindió públicamente homenaje a su padre muerto luego de que la Justicia chilena convirtiera la sospecha en certeza declarada de que el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue envenenado por el régimen de Pinochet. Y no hay que olvidar que también el tercer candidato más votado, Marco Enriquez-Ominami, es un huérfano de la dictadura: su padre, dirigente del MIR, cayó en 1974 en combate con la policía.

Piñera es un hombre de negocios, un magnate millonario cercano al empresariado, ¿significa esto que le esperan recortes al ya de por sí magro sistema social chileno?

Significa ante todo que Piñera deberá desprenderse, como ha prometido, de gran parte de su capital económico ahora que además contará con capital político. Y en lo que a las promesas concierne, se comprometió a erradicar la pobreza mediante la profundización de los actuales planes sociales. Piñera habló en su campaña del fomento de un círculo virtuoso compuesto por crecimiento, empleo y reducción de la pobreza. Pero como uno de los mayores desafíos estructurales en Chile queda pendiente la disminución de la desigualdad.

¿Es Piñera la persona que puede acabar con la desigualdad en Chile? Con el problema del acceso a la educación, a la sanidad... ¿o tendrán los chilenos de clase baja y media que esperar a que la Concertación se recomponga?

Es difícil predecir en este ámbito. Aun teniendo la voluntad política de cumplir con sus promesas, cabe preguntarse si contará con el apoyo parlamentario necesario para realizar las reformas deseadas, dado que la Coalición por el Cambio no dominara claramente ninguna de las dos Cámaras del Congreso. Sin embargo, dado la baja confrontación que caracteriza a la política chilena, puede esperarse un apoyo de la centro-izquierda en todo lo que concierna a las mejoras sociales.

¿Qué va a pasar ahora con la Concertación?

La Concertación tendrá la oportunidad de renovarse programática y personalmente. Y es posible que, una vez abandonada la responsabilidad de gobierno y superados así ciertos miedos, se lance a formular demandas más audaces desde una posición de centro-izquierda.

¿Ha llegado el momento de que Chile cuente con un sistema de partidos más diferenciado, en el que grupos como el socialista acudan solos a las urnas?

La línea de conflicto “dictadura de Pinochet” y el sistema electoral binominal fungieron como dos factores constreñidores de la competencia político-partidaria en Chile, organizada bipolarmente. La disminución de la disciplina parlamentaria dentro de los dos bloques y el surgimiento de candidatos independientes son ciertamente indicios de un cierto agotamiento de esta matriz. El sistema de partidos se adaptará tarde o temprano a la creciente diferenciación dentro de la sociedad chilena.

Autor: Luna Bolívar Manaut

Editor: Enrique López