Escáneres corporales: ¿cuán efectivos y necesarios son?

El atentado frustrado contra un avión de Northwest Airlines procedente de Amsterdam y con destino a Detroit, el pasado día de Navidad, ha reabierto el debate acerca de las medidas de seguridad existentes en los aeropuertos de todo el mundo. Con un artefacto en el centro de la polémica: los controvertidos escáneres corporales. Para algunos, la panacea de la lucha para garantizar la seguridad de los vuelos internacionales. Para otros, un ataque intolerable a la esfera privada, además de un sistema de dudosa efectividad y del cual se desconocen con exactitud los posibles efectos para la salud de los pasajeros.

A favor y en contra de los escáneres corporales

El uso de escáneres corporales en los aeropuertos no es ninguna novedad. Países como Estados Unidos y Rusia los utilizan desde hace tiempo. El suceso de hace unos días, sin embargo, los ha vuelto a situar en el primer plano de la actualidad y, por supuesto, de la polémica. Países como Holanda, Reino Unido y Nigeria han anunciado la introducción inmediata de este tipo de controles. Otros, como Alemania, analizarán con más calma la conveniencia de su instalación. Pero, ¿cuán efectivos son los escáneres corporales a la hora de detectar posibles amenazas? Por ejemplo, sustancias explosivas o armas.

Algunos expertos aseguran que los dispositivos son extremadamente útiles para detectar explosivos líquidos o plásticos. Una posición que no comparte, por ejemplo, Helmut Essen, miembro del Instituto de Investigación de Física de Alta Frecuencia y Técnica Radar de la Sociedad Fraunhofer, con sede en la ciudad alemana de Wachtberg. Según Essen, los escáneres tienen dificultades a la hora de identificar materiales plásticos: "los escáneres viven, en esencia, de que se produzca un contraste entre la piel, entre el cuerpo humano, y cualquier objeto con características eléctricas diferentes".

Un contraste que se revela mayor cuanto más compacto sea el material. Por ejemplo, el metal o la cerámica aparecen de forma muy nítida en el escaneado. "Pero por ejemplo, las láminas de plástico -y entre ellas los explosivos en láminas- son difíciles de descubrir. Posiblemente, uno pueda ver ligeros contrastes en los bordes, pero nada más", afirma Essen, quien además pone especialmente en duda la efectividad de la nueva generación de aparatos. Se trata de aquellos escáneres que incorporan la tecnología de radiación por terahercios, que utiliza radiaciones electromagnéticas en un espectro entre las microondas y los rayos infrarrojos. Según Essen, "no se hallan en disposición de reproducir algo de forma tan detallada, sino que simplemente retratan objetos llamativos que algún tipo de contraste se encarga de poner de relieve".

¿Qué aportan los escáneres a favor de la seguridad?

Pero, si es cierto que los escáneres corporales nos permiten reconocer objetos y formas de manera más bien vaga, ¿cuál se supone que debe su aportación a la seguridad aérea? Essen apela a un concepto de seguridad más global. La técnica por sí sola no es la solución al problema: eso sí, el escáner puede contribuir a mantener la atención del personal encargado de los controles. "Si yo dispongo de un aparato que me pone en alerta ante elementos llamativos, entonces puedo centrarme en la investigación de un individuo determinado", afirma Essen.

Todo ello, por supuesto, acompañado de otros métodos alternativos. El investigador de la Sociedad Fraunhofer cita uno de ellos: los sensores olfativos, dispositivos que pueden identificar sustancias químicas que en un escáner corporal pasarían inadvertidas.

¿Riesgo para la salud?

Al margen de su efectividad, ¿cuán seguros son los escáneres corporales para la salud de los viajeros? Según Essen, los que utilizan rayos X -como los que se hallan en funcionamiento en Estados Unidos- emiten radiaciones en dosis muy bajas. "Hablamos, por ejemplo, de menos radiaciones de las que emite el tubo catódico de un televisor funcionando durante una hora", explica Essen.

Otros científicos, sin embargo, son más escépticos al respecto. Es el caso de Rolf Michel, experto en protección contra las radiaciones. En concreto, Michel habla de la tecnología de terahercios. Sus radiaciones no son, energéticamente hablando, tan fuertes como las de los rayos X. Sin embargo, asegura que se trata de una tecnología "aún muy poco utilizada tanto en el ámbito tecnológico como en el médico. Las discrepancias entre los experimentos que afirman 'no encontramos nada' y aquellos que dicen 'encontramos algo' nos hace ser, por el momento, cautelosos".

¿Y necesarios?

Por último, la implantación de escáneres corporales pone en cuestión un aspecto importante: ¿son realmente necesarios? ¿hasta que punto su instalación en algunos aeropuertos ha evitado que se cometan atentados? Preguntas que, en opinión de Michael Zürn, director del Departamento de Conflictos Transnacionales e Instituciones Internacionales del Wissenschaftszentrum de Berlín, nos enfrentan a una cuestión decisiva: la falta de información. "Sería necesario", afirma Zürn, "disponer de ese tipo de datos, saber realmente cuán exitosas han sido las medidas de escaneados implantadas hasta la fecha y en qué medida aportan algo".

"Se trata de aspectos que desconocemos, al respecto existe una política informativa miserable", argumenta Zürn, que añade: "miserable, porque las limitaciones a la libertad que establecen a través de las medidas de seguridad necesitan ser argumentadas. Y la única argumentación no puede ser la especulación sobre futuros atentados. Necesitamos que se presenten evidencias que demuestren la necesidad de dichas medidas de seguridad".

Autor: ZPR / Emili Vinagre

Editor: Pablo Kummetz