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La UE busca presidente

11 de noviembre de 2009

Ser nominado a la presidencia o al ministerio de Exteriores de la UE es un reto serio y el hecho de que el número de posibles candidatos sea de por sí tan reducido no facilita en absoluto la búsqueda de nuevos líderes.

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El primer ministro belga, Herman Van Rompuy, es uno de los candidatos a presidente de la UE.Imagen: AP

Cuando entre en vigor el Tratado de Lisboa, el próximo 1° de diciembre, dos importantes cargos en el seno de la Unión Europea (UE) deberán estar ocupados: el del presidente permanente del Consejo y el del ministro de Exteriores. El primero, cuya función es representar a buena parte del Viejo Continente de cara al mundo y garantizar la continuidad de las políticas puertas adentro, permanecerá en esa posición durante dos años y medio.

El segundo estará al mando del departamento más relevante, el de Relaciones Exteriores; dará peso a la voz de Europa en conferencias y cumbres internacionales, y llevará el nombre de Alto Representante.

Y es que durante las negociaciones previas a la firma del tratado en cuestión, Gran Bretaña insistió en que ningún funcionario de la UE fuera designado “ministro” – los ingleses podrían percibir el uso del término “ministro” como una sugerencia de que existe una suerte de Gobierno europeo, una noción con la que no simpatizan.

Tony Blair
Pese a sus esfuerzos en favor del clima, el ex primer ministro británico Tony Blair parece descartado.Imagen: picture-alliance/abaca

Responsabilidades por definir

Las competencias y responsabilidades de estos dos altos funcionarios no están definidas en el Tratado de Lisboa. Los diplomáticos de Bruselas dicen que la asignación de los cargos depende de las experiencias prácticas que los nominados traigan consigo y, sobre todo, de la personalidad de quienes opten por los puestos.

Y eso es lo que hace de la búsqueda de estos nuevos líderes un fenómeno tan interesante. La pregunta de rigor es: ¿qué personalidades europeas tienen oportunidad de competir por estos cargos?

De eso se habla a puerta cerrada desde hace semanas. La actual presidencia del Consejo, en manos de los suecos, se ha encargado de tantear el terreno e indagar cuáles son los candidatos con mejores credenciales. Al margen de la celebración de los veinte años de la caída del Muro de Berlín (9.11.2009) no hubo muchos avances en la materia, pero algunos criterios de selección ya han sido claramente definidos.

Balance entre izquierda y derecha, norte y sur

El presidente del Consejo no solamente deberá ser un ex jefe de Estado, sino también un político conservador, porque la mayoría de los 27 Gobiernos de la UE tienen un trasfondo conservador o democristiano.

Para equilibrar esta premisa se ha determinado que el ministro de Exteriores –es decir, el Alto Representante– deberá ser un político socialista o socialdemócrata.

El otrora primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, fue visto por mucho tiempo como un buen candidato para ocupar el puesto de presidente, por su experiencia y por ser internacionalmente conocido; pero su talante socialdemócrata y su aparente cercanía con el ex presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, neutralizó su oportunidad de ser designado para el cargo.

Jan Peter Balkenende vor der UNO
El holandés Balkekende también compite por la presidencia.Imagen: picture-alliance/ dpa

De momento, la carrera por esa posición tiene lugar entre el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, un viejo soldado europeo, algo mal humorado y gruñón; el primer ministro de Bélgica, Herman Van Rumpoy, un tecnócrata internacionalmente desconocido; y Jan-Peter Balkenende, primer ministro de los Países Bajos, un hombre de fuertes convicciones cristianas y conservadoras. También el ex canciller austriaco Wolfgang Schüssel ha sido considerado como un candidato con posibilidades de éxito.

¿Un ex comunista como ministro de Exteriores?

Si al final el presidente del Consejo proviene de un país pequeño de la UE, es casi seguro que el puesto de Alto Representante quedará en manos de un político de una nación más grande.

Hasta ahora, el nominado con mayores posibilidades era el ministro de Exteriores británico, David Miliband; pero él rechazó categóricamente esta posibilidad indicando que el partido socialdemócrata lo necesita en casa.

Herman Van Rompuy
Herman Van Rompuy es visto como conciliadorImagen: AP

Mientras tanto, el conservador primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha nominado a Massimo D'Alema para que compita por el puesto.

D‘Alema fue jefe del Estado italiano, pero también fue comunista, una cualidad que lo desmerita frente a los Estados de Europa Oriental que pertenecen a la UE y que durante décadas padecieron bajo regímenes totalitarios de izquierda. El propio D'Alema cree tener probabilidades de éxito por debajo del 50 por ciento.

Breve cumbre el 19 de noviembre

Los diplomáticos en Bruselas sospechan que los suecos al timón de la actual presidencia guardan un as bajo la manga y podrían darles una sorpresa a todos. Entre otras cosas, el nombre de Frank-Walter Steinmeier, jefe de fracción del Partido Socialdemócrata de Alemania, podría estarse barajando junto con el de los otros nominados al puesto de Alto Representante.

En todo caso, el jueves 19 de noviembre tendrá lugar un breve encuentro extraordinario en el que los 27 jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea decidirán sobre esta materia.

Autor: Bernd Riegert (erc)

Editor: Enrique López Magallón