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Europa y América Latina: democracias con rumbos distintos

15 de septiembre de 2009

A finales de 2007, la ONU designó el 15 de septiembre de cada año "Día Internacional de la Democracia". A propósito de dicha celebración, analistas realizan una reflexión sobre las democracias en Europa y América Latina.

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Existen grandes diferencias entre las democracias de América Latina y Europa, según expertos.Imagen: AP

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el mundo estuvo dividido gran parte de la segunda mitad del siglo XX en 2 paradigmas distintos: el comunismo y la democracia liberal. Con la caída del Muro de Berlín, en 1989, la polarización de ideologías desapareció y la democracia comenzó a esparcirse a lo largo y ancho del planeta.

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La UE ha sido importante para el desarrollo de las democracias en Europa Central y Oriental.Imagen: picture-alliance/ ZB

En Europa, los gobiernos democráticos se han consolidado a través de los años y han logrado permear a sus sociedades con dichos valores. “Los países europeos han tenido terribles experiencias con regímenes no democráticos, autoritarios e incluso totalitarios (...) Por lo tanto, existe algo así como una cultura política democrática, que es una garantía para la preservación de las bases de la democracia. Se podría hablar, en este contexto, de la existencia de una sociedad civil”, dijo a Deutsche Welle Rudolf Hrbek, profesor de la Universidad de Tübingen.

En contraste, los países latinoamericanos aún no han logrado fortalecer sus democracias y, por ende, sus sociedades se enfrentan constantemente a hechos que amenazan la estabilidad de este sistema de gobierno. Ejemplo de ello es la intención de algunos presidentes de la región, en los últimos años, de modificar sus constituciones para poder reelegirse y mantenerse en el poder. En este aspecto poco pesan, al parecer, los colores ideológicos.

Reeleccionismo de izquierda y de derecha

Por vía de un plebiscito realizado en febrero de 2009, el presidente venezolano, Hugo Chávez, logró su objetivo de modificar cinco artículos constitucionales, lo que le permitirá su reelección ilimitada y la de otras autoridades, como gobernadores, alcaldes y diputados.

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Álvaro Uribe podría reelegirse el próximo año.Imagen: AP

Por su parte, el conservador Álvaro Uribe, presidente de Colombia, también se encuentra cerca de la posibilidad de una reelección. A principios de septiembre, el congreso colombiano aprobó un proyecto de ley que convoca a un referéndum que, en caso de ser positivo, le permitiría al mandatario ser elegido para un tercer periodo consecutivo de cuatro años. Las próximas elecciones en dicho país se llevarán a cabo en mayo de 2010. Hasta el momento, Uribe no ha expresado oficialmente su intención de presentarse como candidato.

“En lo general me parece que las naciones latinoamericanas tienen muchos problemas con la democracia porque ésta, en su versión moderna, es liberal, y América Latina ha sido un reducto del anti-liberalismo en casi toda su historia y en casi toda su extensión. Los gobiernos en América Latina suelen ser más de corte caudillista”, destacó desde México Macario Schettino, profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Por una cultura política democrática

Las democracias latinoamericanas no sólo requieren del establecimiento de instituciones fuertes para afianzarse, sino también de ciudadanos responsables que participen activamente en la protección de sus derechos y libertades, según analistas.

“Mientras una Constitución democrática puede ser establecida en un solo día, se necesitan muchos años para consolidar las instituciones democráticas y para integrar una cultura política democrática en la ‘psique' de una nación”, mencionó Richard Crowe, asesor del Servicio Jurídico del Tribunal de Cuentas Europeo.

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Mercosur es uno de los proyectos de integración entre naciones de América Latina.

Gran parte de los países latinoamericanos son considerados democracias jóvenes, luego de la caída de las dictaduras militares en dicha región en los años ochenta. La transición democrática se ha caracterizado como un proceso lento y lleno de tropiezos. Expertos opinan que en América Latina hace falta la consolidación de una cultura política democrática y liberal.

“El anti-liberalismo latinoamericano se refleja sobre todo en el populismo, entendido éste como la relación directa del caudillo con las masas. Esto es posible porque tenemos una cantidad muy grande de personas en situación económica muy grave, lo que los hace susceptibles a ser contentados con muy poco”, comentó Schettino. “Lo que impide la democracia, el éxito económico, y la igualdad social en América Latina es la falta de un pensamiento liberal”, agregó.

Países ex-comunistas: la otra cara de la moneda

Después de haber vivido durante décadas bajo regímenes totalitarios, donde el poder se había ejercido de manera arbitraria y donde las libertades individuales eran muy limitadas, los países de Europa Central y Oriental querían gozar de las mismas libertades democráticas que se disfrutaban en el resto de Europa. El entusiasmo inicial por la democracia estaba reflejado en el discurso inaugural del nuevo presidente checo, Václav Havel, quien dijo en 1990: "¡El Gobierno ha vuelto a tus manos, pueblo!"

Veinte años después de la caída del Muro de Berlín, hecho que representó el punto culminante del fracaso del proyecto comunista, las democracias en los países de Europa Central y del Este se han afianzado. Expertos en la materia mencionan que el factor principal de las exitosas transiciones democráticas en la región se deben a la presencia de la Unión Europea (UE).

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La caída del Muro de Berlín significó un cambio hacia una era más democrática.Imagen: AP

“En los años posteriores a 1990, la perspectiva de adhesión a la UE desempeñó un papel importante en la consolidación y estabilización de las nuevas democracias”, señaló Richard Crowe. “En particular, los Estados debían incorporar las normas de la UE referentes a la protección de los derechos humanos en su legislación interna, para que su candidatura a la UE fuera considerada”, agregó.

En 2004, la UE incrementó su número de Estados miembros de 15 a 25, con la inclusión de Polonia, Hungría, Lituania, Malta, Letonia, Eslovenia, Estonia, la República Checa, Chipre y Eslovaquia. Tres años más tarde, Rumania y Bulgaria se sumarían a dicho proyecto, dejando en 27 el número total de participantes de dicho bloque.

“En Europa Central y del Este, la presión que ejerce la UE es suficientemente grande como para que los ciudadanos puedan comprender que la democracia y el capitalismo son el mejor camino disponible. En América Latina no podemos entender eso”, destacó Schettino.

Integración regional: ¿una solución para América Latina?

Las democracias en Europa Central y Oriental se han fortalecido con la presencia de las instituciones de la UE, que en muchos casos cuentan con facultades supranacionales. Diversos analistas estudian la idea de que una mayor integración regional en América Latina podría favorecer las transiciones democráticas en la región.

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La Unión Europea refuerza el ideal democrático en el continente.Imagen: AP

“América Latina ciertamente podría buscar inspiración en el proceso de integración europea, pero la selección del tipo de integración que podría funcionar mejor en América Latina tendrá que ser determinada teniendo en cuenta las características políticas, económicas, históricas y sociales de esa región”, destacó Crowe.

En América Latina ya se han puesto en marcha diversos proyectos de integración regional, como lo es el Mercado Común del Sur (Mercosur), que es una unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, analistas opinan que los esfuerzos en la región por crear mayores lazos entre los países no han desembocado en la consolidación de las democracias latinoamericanas, debido a que el sistema de creencias en sus sociedades aún no está plenamente regido por preceptos democráticos.

“Un proceso de integración en América Latina podría contribuir a una mayor democracia, sin embargo, los países latinoamericanos requieren de una cultura política democrática en sus sociedades como condición previa para formar una organización internacional que vigile y se base en valores y principios democráticos”, dijo Hrbek.

Autor: Iñaki Maillard San Jorge

Editor: Enrique López