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Misión de OTAN en Afganistán: ¿quedarse o salir?

3 de agosto de 2009

La violencia en Afganistán alcanza su mayor nivel desde 2001. Para las tropas internacionales, las cosas no han salido como se esperaba. En Alemania, muchos ciudadanos desaprueban la misión; los políticos la favorecen.

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"Ayudaremos al pueblo afgano durante todo el tiempo que sea necesario"Imagen: AP

Desde hace siete años, unos 3.500 soldados alemanes se encuentran emplazados en Afganistán y su misión nunca fue tan peligrosa como ahora. En círculos políticos se ha comenzado a hablar de “guerra”; el Gobierno alemán sigue evitando usar el término.

La violencia alcanzó en julio de 2009 el nivel más alto desde 2001; después de la ofensiva estadounidense en la provincia sureña de Helmand los ataques han recrudecido. También las víctimas civiles aumentan. Según datos de Naciones Unidas, entre enero y junio de este año 1.013 civiles han perdido su vida por los combates.

La última ofensiva de las tropas alemanas en la provincia de Kunduz –en la que participaron 300 soldados alemanes y 900 afganos- parece no haber dado resultado, a pesar de que declararon finalizada la operación y aseveraron que el distrito de Jar Darah había sido limpiado de talibanes y terroristas de Al Qaida. Der Spiegel on line informaba el fin de semana que unos cien talibanes habían vuelto en diversos vehículos a la zona de la base alemana y que habían vuelto a asumir el control.

El jefe de las tropas internacionales de la OTAN, las ISAF (International Security Assistance Force), Stanley McChrystal exige más presión de las tropas alemanas. La situación en la región de Kunduz es preocupante, pues, según el general de las ISAF, el mayor cometido de los talibanes en este momento es impedir las elecciones presidenciales del 20 de agosto y crear un enclave en el norte.

De misión de estabilización al combate directo

La regularidad con que los combates con los talibanes se cobran también vidas germanas es la prueba de que esta misión ha dejado de ser lo que se pensaba. En 2001 el ministro alemán de Defensa, Peter Struck, aseveraba: “Es decisivo que los estadounidenses tengan su comando para tropas de combate; nosotros participaremos en las tropas de paz”.

Una clara división entre la misión de Estados Unidos, Enduring Freedom, y el mandato de Naciones Unidas para las ISAF era lo que se esperaba, pero la práctica difuminó los objetivos Y la misión de estabilización incluye ahora combates. Hace tiempo que los soldados alemanes no sólo construyen puentes, carreteras y escuelas; también disparan.

Militärische Flughafen in Kunduz
Aeropuerto militar en KunduzImagen: DW

El Gobierno alemán se defiende

“Pienso que tenemos un cometido importante que a la vez sirve a los ciudadanos alemanes, pues Afganistán no puede volver a ser un campamento de formación de terroristas”, asegura por su parte el actual ministro alemán de Defensa, Franz-Josef Jung. Es que las voces críticas exigen la retirada de los soldados alemanes de Afganistán; los titulares de Defensa opinan que la seguridad alemana se defiende en los macizos montañosos afganos.

Ésta es una tesis cada vez más controvertida; según expertos en terrorismo, la probabilidad de un ataque terrorista en alemania ha aumentado desde que las tropas alemanas se encuentran en Afganistán. En varios mensajes por vídeo, terroristas han amenazado con ataques si Alemania no retira sus tropas. ¿Quedarse o irse de Afganistán?, la discusión recrudece, más aún en tiempos de campaña electoral.

La opinión de los partidos y la de la ciudadanía

“A más tardar desde los bombardeos de Estados Unidos, muchos afganos han perdido a su familia. Y sienten sed de venganza. Por ello, las condiciones para una misión de paz de las tropas alemanas no están dadas”, acusa Oskar Lafontaine, líder de Die Linke, La Izquierda alemana. Es más, según encuestas recientes, dos tercios de los alemanes están en contra de esta misión. Pero los grandes partidos –los conservadores de la CDU, los socialdemócratas del SPD, los liberales del FDP y los ecologistas de Los Verdes- favorecen una prolongación del mandato. “Afganistán está perdido sólo si nos damos por vencidos”, asevera Frank-Walter Steinmeier, actual ministro de Exteriores y candidato a la cancillería por el SPD.

Aufbauprozess in Kunduz, Afghanistans Provinz
KunduzImagen: DW

Los Verdes, por su parte, si bien están a favor de la misión, exigen un manejo más realista de la información: los logros humanitarios son innegables –hospitales, escuelas y carreteras han sido construidos-, pero la producción de amapola y el negocio de la droga florecen a la vez que la estabilidad y la seguridad en Afganistán se tornan un sueño cada vez más lejano.

La postura de la OTAN

¿Y qué opina la OTAN? El flamante secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, asume su cargo en un momento especialmente complejo y violento para los 64.000 hombres de la organización emplazados en Afganistan. En su discurso inaugural, Rasmussen aseveró: "Sería un éxito transferir la responsabilidad de la seguridad del país a los propios afganos, ése sería el objetivo definitivo.Ayudaremos al pueblo afgano durante todo el tiempo que haga falta. Permítanme reiterarlo, durante todo el tiempo que haga falta".

Autor: Benjamin Wüst / Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia