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Un drogadicto muerto por hora

21 de julio de 2009

En la UE muere una persona por hora por sobredosis de droga. El 21 de julio es en Alemania el “Día del Drogadicto Muerto”. Una entrevista con Sabine Bätzing, delegada del Gobierno alemán para la lucha antidroga.

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Drogadicto con jeringa: un muerto por hora.Imagen: Bilderbox

¿Cuál es el objetivo del Día Nacional del Drogadicto Muerto?

El día de conmemoración existe desde 1998 por iniciativa de la Asociación de Padres del Estado de Renania del Norte-Westfalia pro Programas Antidrogas Humanos y de Aceptación. El 21 de julio fue elegido porque ese día de 1994 murió un joven drogadicto en la ciudad de Gladbeck y su madre solicitó que se creara un sitio de recuerdo para su hijo. Iniciativas de padres recogieron la idea y proclamaron un día nacional en memoria de todos los drogadictos muertos. El objetivo es recordarlos, pero también exigir cambios en la política con respecto a las drogas, para evitar muertes o por lo menos reducirlas drásticamente.

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Un drogadicto se inyecta heroína debajo de una escalera: a menudo una niñez desolada.Imagen: picture alliance/dpa

¿Qué sustancias son definidas como “drogas”?

En este caso son definidas como drogas principalmente sustancias ilegales, como heroína, cocaína, anfetaminas y cannabis. Pero el concepto de “droga” es en realidad una denominación neutral de sustancias psicoactivas y se aplica también al alcohol y al tabaco. No hay que olvidar que por abuso en el consumo de alcohol y tabaco en Alemania mueren por año muchas más personas que por el consumo de drogas ilegales. En Alemania se registran 40.000 muertes anuales debido al alcohol y más de 110.000 por el tabaquismo. Como consecuencia del consumo de drogas ilegales –principalmente por sobredosis de heroína, a menudo en combinación con alcohol y benzodiazepinas– mueren en Alemania unas 1.500 personas por año.

¿Qué significa programas “de aceptación”?

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Un heroinómano se inyecta droga bajo control médico: la terapia de aceptación trata de recuperar al dogadicto para la sociedad.

En los programas antidrogas se partía aún hasta mediados de los años 80 que los problemas con las drogas se debían sobre todo a los efectos de las sustancias psicoactivas y que la única salida de la drogodependencia era una terapia de abstinencia. Con el aumento de casos de VIH y SIDA entre los consumidores de drogas, principalmente debido al uso común de jeringas no esterilizadas, se comenzó a cambiar el enfoque. En el marco de los “programas de aceptación” se exige un cambio de aproximación al problema, para poder alcanzar a aquellas personas no capaces de abstenerse o que no están dispuestas a ello e impedir así nuevas infecciones con VIH. Las personas que consumen drogas deben ser aceptadas también cuando no quieran acabar de inmediato con el consumo. Paralelamente a las terapias de abstinencia, el tratamiento de substitución con metadona y más tarde buprenorfina se transformó en el recurso de ayuda a dependientes de opiáceos más importante. Además se crearon lugares de contacto “de umbral bajo” y, en algunas ciudades, también espacios para el consumo de drogas, en los que el consumo de pequeñas cantidades de drogas propias está permitida, en condiciones higiénicas y bajo control médico. Desde hace algunos años se ensaya con éxito también la entrega de heroína sintética (diamorfina) a adictos severos, a los que no se puede ayudar de otra manera. La ayuda a los drogadictos apuesta por la responsabilidad de los propios drogadictos. También debe respetarse su dignidad humana. Gran importancia tiene la protección contra daños a la salud y psíquicos y el fomento de los potenciales de autocuración.

¿Qué dimensiones tiene el problema de la drogadicción en Alemania y Europa y qué tendencias se constatan?

Partimos de que en Alemania hay unas 150.000 personas adictas a opiáceos y que entre 300.000 y 400.000 personas, sobre todo jóvenes, consumen cocaína, anfetaminas o éxtasis. El número de personas que consumen cannabis asciende a varios millones, de los cuales unas 600.000 lo hacen diariamente y en forma excesiva. En Europa, unos 12 millones de personas consumen cocaína o lo han hecho por lo menos una vez. En la Unión Europea muere una persona por hora como consecuencia de una sobredosis de heroína o cocaína. En Europa mueren por año de 7.000 a 8.000 personas como consecuencia del abuso de drogas. El consumo de drogas es la causa en Europa de 3.000 nuevos casos de VIH. Entre 1,3 y 1,7 millones de personas consumen en la Unión Europea regularmente drogas y más de un quinto de los adultos (22 %) han consumido ya una vez cannabis.

¿Hay grupos sociales especialmente amenazados por la drogadicción?

Los consumidores de heroína a menudo han tenido una niñez muy desolada. Muchas veces han pasado por experiencias de violencia y abusos. Por lo general tienen un nivel bajo de educación y los menos han aprendido una profesión. Ello no es así, sin embargo, entre los consumidores, por lo general jóvenes, de cannabis o éxtasis. Éstos provienen del “medio” de la sociedad. Pero un consumo de cannabis o éxtasis excesivo y durante muchos años lleva igualmente a una disminución del rendimiento, fracaso escolar y otros perjuicios. Los consumidores de cocaína tienen una situación social estable cuando dominan su consumo, pero muy pocas veces lo logran. Además es sabido que el desarrollo de la drogodependencia no sólo tiene que ver con la droga, sino con grandes problemas psíquicos, como miedos, depresiones, problemas de pareja y disturbios familiares.

¿Cuál es en su opinión la mejor forma de hacer frente a la drogadicción?

En Alemania tenemos un “Plan de Acción contra las Drogas y la Dependencia”, elaborado junto con expertos y los actores más importantes en la política sanitaria y social. Ésa es la base para el manejo de los problemas relacionados con la drogadicción. En nuestra sociedad de consumo moderna existe una gran demanda de estimulantes con cualidades psicoactivas, que pueden llevar a daños para la salud y la dependencia. La gama de posibles daños es grande y va desde el desarrollo de una adicción pasando por enfermedades asociadas y concomitantes hasta daños a los nonatos en el útero. A ello se agregan accidentes de tránsito y laborales, el crimen y la violencia. Los daños para la economía nacional derivados de la drogodependencia son considerables. Una de cada cinco camas en los hospitales alemanes está ocupada por un drogadicto, una de cada diez consultas al médico es por drogadicción.

El Estado tiene, en sus políticas sociales y sanitarias, la obligación de mostrar sendas de salida de la drogodependencia y particularmente defender a los ciudadanos de eventuales daños para la salud. En la política antidrogas se persiguen los siguientes objetivos generales: impedir el comienzo del consumo o aplazarlo; reconocer tempranamente patrones de consumo riesgosos y reducirlos; asegurar la supervivencia; tratar una adicción existente con todos los medios y posibilidades disponibles al más alto nival científico y contener el acceso a substancias adictivas ilegales. La prevención de la drogadicción tiene un doble objetivo: por un lado ayuda a los individuos a prevenir drogodependencias; por otro, ayuda a la sociedad a reducir los costos a largo plazo derivados de la drogadicción. Además queremos poner a disposición de las personas amenazadas ayudas vastas y tempranas, para posibilitar romper el círculo vicioso de la droga y fomentar una reinserción en la sociedad.

Sabine Bätzing
Sabine Bätzing, Delegada del Gobierno alemán para la Lucha Antidroga.Imagen: picture-alliance/ dpa

La diputada socialdemócrata Sabine Bätzing es desde el 2005 Delegada del Gobierno federal alemán para la Lucha Antidroga. En esa función coordina las actividades de los diversos ministerios en la lucha antidroga y desarrolla iniciativas, acciones y proyectos para la prevención y la asistencia a los drogadictos.

Entrevista de: Pablo Kummetz

Editor: José Ospina Valencia