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Expertos buscan alternativas al dolor animal para el uso del Botox

11 de mayo de 2009

Las inyecciones de Botox son probadas en ratones, produciéndoles un enorme dolor. Para buscar alternativas al método, un instituto alemán convocó a expertos mundiales quienes, aunque parcial, dieron con una solución.

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Los efectos del Botox no pueden estudiarse sin ratones.Imagen: AP

Medicamentos que contienen “Botulinum Neurotoxin” son utilizados en tratamientos que van desde las convulsiones de párpado y el estrabismo hasta la eliminación de las arrugas en la medicina estética. Las autoridades exigen que los efectos de los productos compuestos por esta sustancia sean probados antes de la misma llegue al humano, lo cual acontece a costa del dolor de los ratones de laboratorio. A finales de abril, el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR) organizó un encuentro entre expertos con la intención de buscarle alternativas a este cruel método.

“El objetivo del BfR es encontrar a la brevedad posible un examen reconocido internacionalmente para sustituir el actual”, dijo el presidente del Instituto, Andreas Hensel. Científicos, representantes de organismos gubernamentales y de la industria, así como voceros de las organizaciones protectoras de animales, llegaron a la conclusión que no existe el camino que evite los tests con ratones, pero establecieron que, mejorando los mecanismos de evaluación estadística, se pueden reducir a la mitad las cifras de animales utilizados en ellos.

Efectivo pero tóxico

Falten werden weggespritzt
El Botox es conocido por su uso en la medicina estética.Imagen: AP

Botulinum Neurotoxin (BoNT) es la sustancia que afecta a los nervios más fuerte que se conoce y, suministrada por medio de una inyección, produce una parálisis de los músculos originada en su efecto sobre las células nerviosas. Famosa por su papel cosmético como arma para combatir las arrugas cutáneas, la sustancia tiene muchos más usos en la medicina y se aplica especialmente a la hora de tratar graves enfermedades de los párpados o en zonas donde es necesario controlar espasmos musculares.

Debido a la alta toxicidad de los productos BoNT, las autoridades encargadas de autorizar su ingreso al mercado alemán, europeo y estadounidense velan por su calidad y exigen detallados análisis acerca de la estabilidad en su proceso de producción, así como sobre sus posibles efectos al ser aplicada. Todas estas pruebas son realizadas sobre ratones a los que se les inyectan diferentes dosis del medicamento, causándoles gran sufrimiento. El 50 por ciento de ellos muere.

Solución: el principio 3R

Durante dos días, los expertos evaluaron en Berlín las alternativas a este tipo de exámenes y desarrollaron un nuevo método al que bautizaron como 3R, remplazar: refinar, reducir.

Durante mucho tiempo el problema no tuvo perspectivas de solución, pero en esta ocasión se logró avanzar en el propósito de reducir el dolor de los animales, o por lo menos el número de los que son sometidos a las torturas. Los participantes determinaron también conformar un grupo de trabajo, el BoNT Expert Working Group, que bajo el liderazgo del BfR se reunirá frecuentemente con el objetivo de intercambiar información sobre los experimentos y los progresos en la búsqueda de alternativas.

Este grupo de expertos asistirá a los productores en la implementación del principio 3R, verificará por que éste se cumpla e intercederá ante las autoridades para que las licencias de los productos BoNT se concedan cuando el proceso de prueba se ajuste a él.

Autor: Daniel Martínez

Editora: Luna Bolívar Manaut