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Teatro absurdo

el/mb20 de febrero de 2009

El proceso contra los presuntos implicados en el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya comprueba que Rusia aún no cumple las condiciones de un Estado democrático de derecho.

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Manifestación contra la impunidad en Rusia.Imagen: RIA Novosti

Tras la liberación de los acusados en el caso del asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya, el Nesawissimaja Gaseta, de Moscú, comenta: “Tras dos largos años de investigaciones, los órganos de la justicia rusa han demostrado su incapacidad para resolver el crimen político más grave de los últimos años. Todo este tiempo, la fiscalía aseguró tanto a los políticos como a los ciudadanos que tenía pruebas incontrovertibles que conectaban a los indiciados con el homicidio. Al final sólo se multiplicaron las dudas y la propia fiscalía fabricó una versión tras otra. Pero los ciudadanos rusos aún no comprenden lo esencial: sin protección para los periodistas, los derechos civiles caen en una doble indefensión.”

No es un país cualquiera

En Italia, el periódico La Repubblica comenta el asunto en los siguientes términos: “No tenemos seguridad de que los cuestionamientos formulados por la Politkovskaya contra el núcleo del poder hayan sido su sentencia de muerte. Pero sabemos que en Rusia de cuando en cuando es asesinado un periodista incómodo. No es un país cualquiera. En otros lugares los periodistas no reciben tiros en el corazón o en la cabeza. Tampoco se responde a estos acontecimientos con el solo comentario de que se trataba de una persona irrelevante para la sociedad.”

Jamás lo sabremos

El Neue Zürcher Zeitung, de Suiza, dice: “Probablemente jamás se esclarezca el trasfondo de este crimen sangriento, como tampoco el envenenamiento del ex agente de la KGB Alexander Litvinenko o los disparos mortales sobre el abogado de derechos humanos Stanislaw Markelow. En los antiguos Estados comunistas prevalecía la ‘justicia por teléfono': el Partido dictaba el curso de las investigaciones, la fundamentación jurídica y, finalmente, la sentencia. En la Rusia pos-soviética no se llega a tanto, pero es un hecho que no se ha llevado a cabo una reforma integral de la justicia. Los principios del Estado de derecho aún no están plenamente vigentes en Rusia.”

Teatro absurdo

En Alemania, el Kölner Stadt Anzeiger editorializa así: “El proceso contra los presuntos asesinos de la periodista no fue más que un teatro absurdo. Por lo menos el final fue sorpresivo: de manera valiente e inteligente, el jurado castigó las argucias de la parte acusadora con sendas declaraciones de libertad por falta de pruebas. El caso no ha detenido a periodistas críticos que aún arriesgan sus vidas. Quizá su trabajo no sea castigado con la muerte sino con la prisión. Quizá la vida de Anna Politkovskaya no fue ofrendada en vano.”

Falsas acusaciones

Finalmente, el Frankfurter Allgemeine hace el siguiente análisis: “Fueron llevados ante la corte dos hermanos chechenos y un policía de Moscú que estaban presuntamente implicados en estos acontecimientos. El autor material, según esta hipótesis, era otro hermano de los chechenos que supuestamente se había fugado al extranjero. Todo llevaba la marca de un proceso que servía como coartada. El que el jurado haya declarado inocentes a los acusados cabe perfectamente en esta trama.”