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Derecho a morir…¿ante las cámaras?

dpa / jov11 de diciembre de 2008

La emisión de un documental que mostró, por primera vez, un suicidio asistido genera polémica. Es tal el miedo a sufrir una larga enfermedad terminal que una mujer se tatuó en el pecho las palabras "!No reanimar!.

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Craig Ewert murió ante las cámaras para dar una lección sobre el derecho a morir.Imagen: AP

El documental "Right to die" (Derecho a morir) muestra las últimas horas y la muerte del ex profesor universitario estadounidense Craig Ewert. El hombre, de 59 años, se quitó la vida en septiembre de 2006 con ayuda de la controvertida organización suiza Dignitas.

El canal británico de televisión Sky Real Lives emitió la película del ganador de un Oscar John Zaritsky la noche del 10 de diciembre de 2008 a las 21:00 hora local. Los organismos que controlan los medios británicos y organizaciones que se oponen a la eutanasia ya lo criticaron duramente. Ewert padecía una enfermedad neuronal degenerativa incurable, que llevaba progresivamente a la paralización del cuerpo y que, según los médicos, conduce a la muerte en entre dos a cinco años.

Suiza, Holanda y Bélgica: derecho a decidir sobre la muerte

Cuando la evolución de la enfermedad comenzó a acelerarse, el hombre decidió suicidarse en una clínica de Dignitas en Zürich. Allí, recibió un vaso con una dosis mortal de un somnífero, que ingirió con ayuda de una pajita.

Dado que sus brazos ya estaban paralizados, a continuación accionó con la boca un reloj con temporizador, que desactivó la respiración asistida 45 minutos después. Mientras moría, la cámara continuó grabando. "Si hubiera estado completamente paralizado y no hubiera podido hablar, ¿cómo le hubiera podido decir a alguien que sufro? Habría sido un infierno", dijo Ewert antes de su muerte a la cámara. "De haberme decidido por la vida, me habría decidido por la tortura".

“Mi esposo fue maestro y el documental una lección”

La esposa de Ewert, Mary, que acompañó a su marido en las últimas horas, defendió el documental. "Si la muerte es privada y se esconde, las personas no se enfrentan a sus preocupaciones al respecto. Craig era un maestro. Y se pude decir que hizo esta película como maestro".

Expertos en medios critican la película. "Los informadores deberían ser objetivos. De lo contrario, influyen en la opinión pública o inducen a otros sufrientes a los mismos pasos", dijo el director del organismo británico de control de medios, John Beyer. Dominica Roberts, de la organización "Alianza por la vida", señaló: "Es triste y peligroso mostrar algo así en la televisión".

La jefa de la cadena, Barbara Gibbon, defendió el documental y aseguró que "el tema afecta a cada vez más personas y este documental da una visión informativa, fácilmente comprensible e instructiva".

¡No soy para reanimar, por favor!

Es tal el miedo de algunas personas a tener que sufrir un larga enfermedad antes de morir que una neozelandesa de 79 años se hizo tatuar en el pecho las palabras "no resucitar" porque no quiere quedar en estado vegetal en el caso de caer enferma.

Paula Westoby dejó que la cadena televisiva TV3 filmara la realización del tatuaje. Con esta acción, la mujer quiso manifestar un mensaje político, según dijo. Señaló que no quiere que la reanimen en el caso de un ataque cardiaco. Westoby está a favor del suicidio asistido. Las personas deben poder decidir cuándo y cómo mueren, agregó. En Nueva Zelanda, la eutanasia está prohibida. Las leyes contemplan, sin embargo, que cualquiera tiene derecho a rechazar tratamiento médico. Pero Westoby argumenta que las personas muy enfermas no pueden expresarse y por eso pensó en el tatuaje para que el mensaje quedara claro.