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Cine para sibaritas

Emili Vinagre12 de febrero de 2007

El mejor cine se cocina a fuego lento. Eso lo saben bien los organizadores de la Berlinale, que han preparado para este año un menú especial a base de películas de temática culinaria. Sólo para paladares exquisitos.

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Cinco prestigiosos cocineros preparan las cenas que acompañan a las proyecciones del ciclo "Cine culinario".Imagen: Internationale Filmfestspiele Berlin

En el Festival de Cine de Berlín no hay lugar para los producciones tipo "fast food" -comida rápida-, concebidas para satisfacer de forma inmediata las necesidades de los espectadores sin respetar unos mínimos de calidad. El buen cine, del cual es sinónimo la Berlinale, alimenta el espíritu igual que una buena comida es bienestar para el cuerpo.

Así lo entienden también los organizadores del Festival berlinés, que para la presente 57a edición han programado un ciclo que lleva por título "Cine culinario - comer, beber, ver películas". Porque como bien dice el cocinero Primo (Tony Schalhoub), protagonista de "Big Night", la cinta que ayer abrió el ciclo, "Comer bien significar estar cerca de Dios".

Promocionar el "slow food"

Berlinale Film Big Night
Escena de la película "Big Night", encargada de abrir el ciclo.Imagen: Internationale Filmfestspiele Berlin

El objetivo va más allá de proyectar cintas con la cocina como marco. Se trata también de promover el concepto de "slow food" -comida lenta-, contrapuesto al de "fast food". El "Slow food" es un movimiento internacional, nacido en Italia hace veinte años, que se dedica a promover la cultura de la alimentación sana y de calidad.

Además, tiene como objetivo luchar contra la desaparición de las tradiciones culinarias de todos los rincones del planeta. Ya el año pasado, la Berlinale y el movimiento "Slow food" colaboraron en la preparación del ciclo "Hambre, comida y placer".

Cena y película

Al margen de la proyección de películas, cortometrajes y documentales con la cocina como transfondo, el ciclo incluye la posibilidad de degustar una suculenta cena previa a cada una de las sesiones a cargo de prestigiosos cocineros alemanes. Nada mejor que llegar con el estómago reconfortado al patio de butacas para rematar la velada con buen cine.

Una combinación excelente para los más sibaritas en un marco de excepción, el "Gropius Mirror" de Berlín, un restaurante de 1920 que hará también las delicias de los participantes en esta innovadora propuesta. Finalmente, al término de cada una de las proyecciones, un debate abierto a los espectadores-comensales servirá para profundizar en la temática culinaria.

Con propuestas como ésta, sólo cabe decir: ¡Buen provecho!