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Crece migración masiva de jóvenes profesionales

Cristina Papaleo7 de octubre de 2006

Las reformas sociales en Alemania hacen que muchos a dejen el país en busca de nuevos horizontes. Especialmente entre académicos parece producirse una ‘fuga de cerebros’. DW-WORLD conversó con un experto en migración.

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¿Qué hacer para que no se vayan?Imagen: BilderBox

Según cifras oficiales de la Oficina Federal de Estadísticas de junio de 2006, en los últimos dos años emigraron cerca de 160.000 alemanes al extranjero. Esta cifra es la mayor desde la fundación de la República Federal de Alemania en 1949. Además, desde 1993 a 2005 se registraron más de 300.000 emigraciones, casi la población total de una ciudad como Bielefeld.

El número de personas que decidieron establecerse fuera de Alemania aumentó así en un 60 por ciento en comparación con las cifras de 1990. A pesar de que la clase política y la opinión pública alemanas parecen no percibirlo, este fenómeno representa una amenaza incipiente.

DW-WORLD conversó con el Prof. Klaus Bade, experto en migraciones del IMIS (Instituto para la Investigación de la Migración y Estudios Interculturales), perteneciente a la Universidad de Osnabrück.

En tiempos en que Alemania recién comienza a aceptarse a sí misma como un país de inmigrantes, el incipiente pero constante fenómeno emigratorio haría temer, según Bade, dramáticas consecuencias jamás previstas para la economía, el estado y la sociedad en general. La cresta de la ola no se ha alcanzado aún, pero este es el comienzo de una tendencia que parece ir en aumento.

Mayor ola emigratoria de los últimos 122 años
Das Deutsche Auswandererhaus in Bremerhaven
La Casa del Emigrante Alemán en el antiguo puerto de Bremerhaven.Imagen: AP

Las cifras mencionadas se basan en los datos de aquellas personas que se registraron oficialmente como emigradas, por lo que los expertos suponen que el número real de emigrantes alemanes es de unos 250.000 por año. Según la historiadora Simone Eick , de la Casa del Emigrante Alemán en Bremerhaven, a Die Zeit “se trata de la mayor emigración desde hace 122 años”.

Entre la mitad del siglo 19 y la del 20 se produjo un movimiento miratorio en el que los alemanes abandonaron su país mientras la sociedad contaba con un alto porcentaje de nacimientos. Desde hace decenios la curva demográfica alemana va cayendo en picada, lo cual plantea la necesidad de atraer profesionales calificados del extranjero, al tiempo que exige mejorar las condiciones laborales para retener a los alemanes que aún están aquí.

Se van jóvenes con formación académica

Especial atención ponen los expertos en una ola migratoria que hace que las nuevas generaciones de académicos y sobre todo investigadores de alto nivel se alejen de Alemania en busca de mejores posibilidades para desarrollarse y progresar profesionalmente en las diversas disciplinas.

Helene Weigel in Mutter Courage und ihre Kinder
Imagen: picture-alliance/ dpa

Mientras el perfil del emigrante durante los siglos 19 y 20 era el del campesino u obrero, en el año 2006 se van del país más que nada profesionales jóvenes, altamente motivados, y con experiencia estudiantil y laboral en otros países. La globalización permite ampliar las perspectivas y en su camino ellos apuntan hacia un lugar en el que se los reconozca y remunere de acuerdo con su talento y esfuerzo, y en el que no se les ponga tantos obstáculos burocráticos y jerárquicos como los existentes en este momento en Alemania.

No "fuga" sino "circulación de cerebros"

Ein Mitarbeiter der Bayer AG
Imagen: AP

Según el Prof. Bade, el desafío que se le plantea a Alemania es lograr que estos jóvenes investigadores no se vayan para siempre, sino que se produzca un intercambio entre los emigrantes y su país de origen. Esto se lograría a través de una red transnacional en la que es posible transferir conocimientos y tecnología.

El concepto de "fuga de cerebros" ya no puede aplicarse en la sociedad globalizada, ya que el saber es propiedad de todos. El objetivo a alcanzar es una "circulación de cerebros" No se trata de que un país se beneficie a expensas de otro, sino que debería producirse un ida y vuelta beneficioso entre el país que acoge al inmigrante y su país de origen.

Lo mismo se aplicaría a aquellos profesionales que vienen a trabajar a Alemania, quienes no están ocupando el lugar de un alemán, ni quitándole su puesto de trabajo, ya que en este país existe una demanda real de su capacidad laboral.

Lea la entrevista con el Prof. Bade pulsando en el enlace.