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El futuro del ascensor, sin cables

Ingo Wagner (AJR)21 de agosto de 2006

Un Instituto de Aachen desarrolla un ascensor que se desplaza gracias a un sistema magnético: el elevador imita a un tren de alta velocidad ya existente y se perfila como la solución para los futuros grandes rascacielos.

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Los rascacielos del futuro necesitarán del sistema magnético.Imagen: EMAAR

En el Instituto electrónico de la Escuela Técnica Superior de Aachen (Technische Hochschule Aachen) el ingeniero superior Dirk Van Riesen se dedica a desarrollar un ascensor que se mueve sin cables: trabaja en un modelo piloto que puede elevarse sólo mediante un sistema de campos magnéticos.

El funcionamiento de este ascensor es muy similar al de los trenes magnéticos Transrapid, con la gran diferencia de que el primero está diseñado para que se mueva de forma vertical y el segundo lo hace exclusivamente de manera horizontal. El ascensor está sujeto permanentemente por grandes imanes y espacio por el que éste se mueve está recorrido por bobinas eléctricas. "En caso de fallar la corriente eléctrica, el ascensor quedará anclado por una serie de garras que se cierran automáticamente para evitar la caída libre", apunta Benedikt Schmülling, otro de los ingenieros implicados en el proyecto.

El tren fue antes

Los trenes que se desplazan a través del sistema de levitación magnética llegaron a Alemania hace diez años: durante ese periodo de tiempo ha estado funcionando en el norte del país una línea de forma experimental, apartada del uso comercial. En Munich hay proyectada otra entre el centro de la ciudad y el aeropuerto "Franz-Josef Strauß" que, si finalmente se acaba realizando, recorrerá 38 kilómetros en 10 minutos. Para encontrar el primer uso comercial de esta tecnología, predecesora del ascensor 'magnético', hay que irse hasta Shangai: desde enero de 2004, un tren de este tipo recorre los 30 kilómetros que separan el centro de la ciudad china del aeropuerto internacional de Pudong en menos de 8 minutos y con una velocidad punta de 430 kilómetros por hora.

Los investigadores alemanes que trabajan en el ascensor magnético tienen la vista puesta precisamente en el mercado oriental: según Van Riesen, "este ascensor se adapta a la perfección a los altos edificios que se están proyectando en Asia o que ya han sido construidos allí".

Adiós a los cables

World Financial Center
Los grandes ciudades asiáticas verán nacer a los nuevos rascacielos.

La explosión demográfica que se está produciendo en Asia así como el impulso económico que está teniendo lugar en los países orientales permiten prever la construcción de numerosos rascacielos en las grandes ciudades asiáticas. ¿Ejemplos? La Torre Millenium, proyectada en Tokio, medirá 840 metros; el equipo dirigido por el arquitecto español Javier Pioz, que trabaja en la construcción de la Torre Bionic en Shangai, podría plantearse superar la barrera de los mil metros; un largo etcétera podría seguir a estos dos ejemplos.

Estas nuevas y mastodónticas construcciones dejan desfasados a los tradicionales ascensores "colgantes": los cables de hierro clásicos no podrían levantar los cubículos hasta tal altura y acabarían rompiéndose. Los ascensores magnéticos pueden ser la solución.

"Como se puede suponer, nuestro ascensor, a diferencia del tradicional con cables, no sólo se mueve verticalmente: también puede hacerlo de manera horizontal", afirma Van Riesen. Los diferentes ascensores que se mueven por el edificio son independientes unos de otros de forma que todos pueden llegar a todas las plantas. Además, la instalación de estos ascensores permite el ahorro de hasta el 30% del espacio generalmente necesitado en un sistema de elevación clásico: su complicado entramado de cables y las sonoras salas de máquinas desaparecen por innecesarias.

Curiosa promoción

La Escuela Técnica Superior de Aachen está segura de la utilidad y eficacia de su invento: actualmente, lo promociona alrededor de todo el mundo. Para ello no considera es necesaria la participación en "sofisticadas ferias o eventos", según apunta el mismo van Riesen; basta con llevar a cabo un simple e ilustrativo uso del invento: "Colocamos una moneda de canto en el suelo del ascensor y lo hacemos subir con la máxima potencia posible: si al final del trayecto la moneda permanece en esa posición, significa que hemos hecho bien nuestro trabajo".