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¿Cómo se miden los mares?

30 de enero de 2012

El capitán del Costa Concordia asegura que el peñasco con el que chocó el crucero no figuraba en la carta náutica. Algo muy poco probable, dice el geólogo marino André Freiwald a Deutsche Welle.

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El crucero Costa Concordia naufragó frente a la costa de Italia.
El crucero Costa Concordia naufragó frente a la costa de Italia.Imagen: picture alliance / dpa


Deutsche Welle: ¿Puede ser que una roca de ese tamaño, capaz de provocar el naufragio de un crucero, no figure en una carta náutica, como alega el capitán del Concordia, Francesco Schettino?

Eso parece, en un principio, muy poco probable. Pero, de hecho, sucede que, debido a la introducción de cartas náuticas digitales, las modificaciones que se registran no reflejan en un cien por ciento a las anotaciones que se realizaban antes en forma manual una vez por mes. Por otra parte, se debe partir siempre de que en las cercanías de las islas hay zonas bajas u hoyadas, y se da por entendido que se debe mantener una distancia prudencial de las mismas.

¿Con cuánta exactitud se puede medir el fondo del mar? ¿Se puede hablar de exactitud en las mediciones en forma generalizada?

En áreas de aguas bajas se pueden lograr de buenas hasta muy buenas mediciones. En zonas amplias de mar abierto, en el Atlántico Sur, lejos de las rutas marinas, la medición es menos exacta.

¿Con qué instrumentos se puede medir el océano?

Hoy en día se usan las llamadas sondas acústicas multihaz. Se colocan unas cien de esas sondas, que envían todo un espectro de impulsos de ondas hacia el fondo del océano, en diversos ángulos debajo del casco del barco. Y la profundidad marina se calcula a partir de la diferencia en el tiempo en que rebota el sonido registrado. A diferencia de la sonda sencilla, con la que cuenta todo barco, las sondas multihaz son capaces de transmitir datos en tiempo real acerca de un área marítima más extensa.

El geólogo marino André Freiwald.
El geólogo marino André Freiwald.Imagen: Senckenberg Gesellschaft für Naturforschung

Según usted, el Atlántico Sur aún no ha sido lo suficientemente medido y no se han elaborado suficientes cartografías de la zona. ¿De qué dimensiones se trata? ¿De metros o de kilómetros?

Se trata de muchos kilómetros cuadrados, diría yo. En la inmensidad de las extensiones oceánicas, los encargados de realizar esas mediciones son, en primera línea, los navíos de exploración que se dedican en sus misiones científicas a registrar en una carta náutica los datos de un área determinada. La calidad de los datos de la cartografía originada en zonas y rutas navegables es mucho mejor. Y también lo es la de áreas bajas. Por lo general, todo lo que esté a una profundidad marina de hasta 200 metros se puede calcular mejor.

La fosa de las Marianas, al este de Japón, de casi 11 kilómetros de profundidad, es considerada el punto de mayor profundidad de todos los océanos del planeta. ¿Podría ser que un territorio menos explorado que ese nos depare una sorpresa, es decir, que exista un lugar aún más profundo?

Eso me extrañaría. De acuerdo con la exactitud de los sistemas de medición puede haber variaciones de unos diez metros de mayor o menor profundidad. Justamente en el caso de la fosa de las Marianas se pueden encontrar diferentes datos acerca de su profundidad en internet, con una diferencia de diez metros. Pero, aparte de eso, se conoce muy bien su profundidad. También en el Mediterráneo se pueden hallar abismos marinos de ese tipo.

¿Se esperan cambios a corto plazo en la placa submarina debidos a movimientos sísmicos o maremotos?

Un movimiento tectónico puede producir desplazamientos en cuestión de minutos, e incluso de segundos. Si recordamos las consecuencias del tsunami que se produjo en Indonesia hace algunos años, allí la placa submarina se elevó unos metros en pocos segundos. Y algo así puede provocar también cambios que pueden tener consecuencias fatales para la navegación.

¿Podrían estar en peligro también los habitantes de las costas del Mediterráneo debido a la actividad volcánica?

En el Mediterráneo se observa una fuerte actividad volcánica, en el Vesubio, por ejemplo, en los Campos Flégreos, situados al noroeste de Nápoles, en el Estrómboli y también en el Etna. Allí se registra una gran actividad volcánica y, naturalmente, también una fuerte modificación del suelo marino, algo que los colegas italianos se ocupan de medir con exactitud. Por encima de una burbuja de magma las placas submarinas se elevan y descienden, y así lo hacen también las masas terrestres circundantes. Por lo demás, también existe peligro de desplazamiento cuando un volcán entra en erupción y provoca el deslizamiento de toneladas de roca hacia el mar, como sucedió en 2008 con el Estrómboli. La caída de toneladas de roca al mar produce pequeñas olas o tsunamis, también en el Mediterráneo, que pueden tener consecuencias fatales.

¿Quién se ocupa de reunir el material registrado por barcos de exploración y de que esa cartografía se ponga al alcance de todos?

Es obligación de los directores de todas las misiones de investigación entregar datos acerca de la profundidad marina, registrados por sondas acústicas multihaz y archivados en ordenadores, a la central de la Oficina Federal de Navegación Marina e Hidrografía. Allí se evalúan esos datos, se los procesa, y se los publica y archiva para el caso de que exista interés en elaborar con ellos cartografías calibradas que se publican luego de manera oficial.

Entrevista: Judith Hartl (CP)
Editora: Emilia Rojas