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La advertencia de S&P

7 de diciembre de 2011

La credibilidad crediticia de 15 Estados europeos quiere analizar la agencia de rating estadounidenses Standard & Poor’s, y la eurozona tiembla ya ante la posibilidad de que más de sus socios pudieran perder la “AAA”.

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Sede de la agencia de rating Standard & Poor's en Nueva York.Imagen: picture-alliance/dpa

“Es una advertencia que debemos tomar muy en cuenta”, asegura Wolfgang Gerke, experto en asuntos bancarios del Centro Financiero de Baviera. En el horizonte del Viejo Continente divisa Standard & Poor’s una nueva recesión económica, y critica la inoperancia de los políticos comunitarios. El que la agencia haya decidido replantearse el valor que le otorga a la credibilidad como deudores de 15 de los 17 Estados que componen la zona euro no augura nada bueno y pone las dudas sobre la mesa. Dudas que, ha aprendido el mundo de esta crisis, son lo que menos gusta a los mercados.

Europa está indignada y considera injustificadas las sospechas de S&P. También pesos pesados como Alemania y Francia aparecen en la lista de países a examinar. Si estos perdieran la triple A, la mejor nota posible, sería un desastre para la eurozona y para los esfuerzos por salvar la moneda única. Las demandas de contraatacar el poder de los calificadores del otro lado del Atlántico con unos asentados en Europa se hacen más sonoras. “Ahora mismo, los políticos quisieran poder prohibirle la valentía a las agencias de rating”, continúa Gerke, “pero eso no solucionaría el problema”.

¿Va S&P demasiado lejos?

La advertencia de S&P dice: “europeos, no podéis seguir endeudándoos así porque entonces se disparan los intereses y la financiación de vuestros países se vuelve demasiado cara”, lee Gerke en las noticias que llegan de Estados Unidos. Incluso Alemania, que consigue a día de hoy dinero muy barato en el mercado de capitales, está contrayendo, según el experto, deudas excesivas que tendrán que saldar las próximas generaciones. A este proceder hay que ponerle freno, exige. Por eso, aunque no siempre hayan actuado correctamente, “actualmente los ciudadanos podemos estar contentos de que existan las agencias de rating”, sostiene Gerke.

Pero con tal valoración no están todos de acuerdo. La eurozona, respondió Bruselas nada más conocer las intenciones de la agencia, hace los deberes, aplica reformas, se esfuerza por reducir el exceso de gasto. No hay motivos para ponerla de un modo tan tajante en entredicho. Al menos, ninguno que sea de naturaleza meramente económica.

“El momento escogido no es casual”, reconocía el analista en Alemania de Standard & Poor’s Moritz Krämer, “este fin de semana se presenta una oportunidad que debería aprovecharse”. La oportunidad es la de acordar medidas que lleven por fin a una salida de la crisis; el lugar que debería aprovecharse para ello es la cumbre de la Unión Europea que empieza el próximo viernes (09.12.2011). “Me parece bastante arrogante e insolente que una agencia de rating intente ejercer influencia sobre las decisiones políticas que se van a tomar el fin de semana”, opinaba desde la bolsa de Fráncfort el corredor del Bader Bank Stefan Scharffetter, “desde mi punto de vista, S&P está yendo demasiado lejos”.

Una cumbre bajo presión

Los últimos días se estaban mostrando los parqués optimistas de cara al encuentro de los líderes comunitarios, cosa que no ha sido siempre así desde que estallara la crisis en 2008. Al buen ambiente bursátil le puso fin Standard & Poor’s sin siquiera llegar a rebajar la calificación de los 15 Estados europeos: fue suficiente el anuncio de que podría hacerlo. Sobre la solvencia de Francia se ha discutido en más de una ocasión, pero Alemania se creía un puerto seguro.

Merkel und Sarkozy Treffen Frankreich
"Merkozy" tendrá que aplicarse a fondo en la próxima cumbre de la UE.Imagen: dapd

“La situación en Alemania es relativamente buena. Pero también nosotros nos hemos endeudado mucho […] y eso se suele pasar por alto cuando se habla de que la economía en nuestro país marcha bien”, observa Gerke, y añade: “además, el Banco Central Europeo ha comprado gran cantidad de bonos públicos de socios en problemas, y Alemania se encuentra a la cabeza de los que responden por ellos. Esta práctica la ven las agencias de rating, evidentemente, con escepticismo”.

Los alemanes serían los últimos de la eurozona en perder puntos en su calificación, y si esto sucediera no bajarían más de un escalón, está convencido Gerke. Y aún así, las consecuencias serían incalculables, ya que de la credibilidad germana vive en gran medida el fondo de rescate del euro. Nuevos pagos esperan a países como Italia y España en 2012 sin que nadie sepa aún si podrán hacerles frente. Si las tareas para la próxima cumbre de la UE eran titánicas y a contrarreloj, ahora se tornan aún mayores y más apremiantes.

“Necesitamos que la presión emane de todos los lados para que el viernes se llegue a aun acuerdo”, apunta el profesor de Economía Crediticia de la Universidad de Fráncfort Jan Pieter Krahen, “y necesitamos -y eso me parece lo más difícil- que la presión se mantenga hasta que se introduzcan en los tratados europeos las modificaciones que ahora se están considerando”.

Autor: Sandra Berndt/ Mischa Ehrhardt/ Luna Bolívar

Editor: José Ospina Valencia