1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Auge del kirchnerismo

24 de octubre de 2011

Argentina será gobernada otros cuatro años por Cristina Fernández de Kirchner, cuyo triunfo fue arrasador, dando lugar a especulaciones acerca de su posible reelección, previa reforma constitucional, en el 2015.

https://p.dw.com/p/12xnh
Cristina Fernández de Kirchner gobernará Argentina durante otros cuatro años.
Cristina Fernández de Kirchner gobernará Argentina durante otros cuatro años.Imagen: dapd


La presidenta argentina y jefa del Frente para la Victoria acaparó el 53,8 por ciento de los votos. Es la victoria electoral más contundente en Argentina desde 1973, cuando Juan Domingo Perón obtuvo un 62 por ciento. Y es la tercera vez que un presidente es reelecto en la historia de Argentina en dos períodos consecutivos. Anteriormente, eso fue logrado sólo por Juan Domingo Perón (1945-1955) y Carlos Menem (1989-1999). Además, la presidenta argentina logró el porcentaje más alto en una elección después del comienzo de la democracia, en 1983.

La actual presidenta, de 58 años, se presentó en fórmula con el ministro de Economía, Amado Boudou. La distancia con el segundo candidato, el socialista Hermes Binner, del Frente Amplio Progresista, que obtuvo el 17 por ciento, fue de 36 puntos. El tercer lugar lo ocupó Ricardo Alfonsín, de la Unión para el Desarrollo Social (UDESO), con un 11,14 por ciento. Lo siguieron Alberto R. Saá, Compromiso Federal, (7,99), Eduardo Duhalde, del Frente Popular (5,89), Jorge Altamira, del Frente de Izquierda de los Trabajadores (2,32) y Elisa Carrió, de la Coalición Cívica (1,84).

El domingo 23 de octubre la jornada electoral transcurrió en Argentina sin irregularidades. Los argentinos siguieron el desarrollo de los comicios a través de una amplia cobertura mediática. La participación fue de cerca de un 76 por ciento del padrón electoral, unos 29 millones de ciudadanos. La única provincia en la que no ganó el FpV fue San Luis. Cristina Fernández de Kirchner atribuyó su triunfo a su esposo, el fallecido ex presidente argentino Néstor Kirchner. En una emotiva ceremonia, agradeció los llamados telefónicos de sus colegas latinoamericanos, entre ellos, Dilma Rousseff, José Mujica, Fernando Lugo y Hugo Chávez. “Este no es un triunfo personal ni partidario, sino un triunfo de todo el país”, dijo. Y agradeció también la participación de los jóvenes. La victoria de la presidenta argentina fue celebrada por una gran multitud en la Plaza de Mayo. En la provincia de Buenos Aires ganó cómodamente el candidato kirchnerista y actual gobernador, Daniel Scioli, frente al peronista disidente Francisco de Narváez.

El kirchnerismo gobierna a Argentina desde el 2003.
El kirchnerismo gobierna a Argentina desde el 2003.Imagen: dapd

Cristina Kirchner, ¿tercera elección en 2015?

En las elecciones primarias del 14 de agosto pasado se perfilaba ya una reelección de Cristina Fernández de Kirchner, y los expertos pronosticaban que obtendría más del 40 por ciento de los votos. Antes de que se llevaran a cabo las presidenciales del 23 de octubre, las encuestas ya le otorgaban de un 50 a un 55 por ciento, y se especulaba sobre una posible reforma constitucional para hacer posible su reelección a un tercer mandato en el 2015.

Claudia Zilla, investigadora de la Fundación Ciencia y Política de Berlín.
Claudia Zilla, investigadora de la Fundación Ciencia y Política de Berlín.Imagen: Stiftung Wissenschaft und Politik

Además de haber obtenido la mayoría absoluta en el Congreso, el Frente para la Victoria tiene también el quórum necesario para la reforma de leyes complicadas. Si lo quisiera, el kirchnerismo podría impulsar incluso la reforma de la Constitución Argentina de 1994 para dar paso a una tercera elección de Cristina Fernández de Kirchner. “Veo como poco probable una política constitucionalista como la que tuvo lugar en la región andina”, dice Claudia Zilla, experta en América Latina de la Fundación Ciencia y Política de Berlín. “La Constitución argentina es una de las más estables del subcontinente y es poco afecta a modificaciones”, dice, y agrega que "las últimas reformas del año 1994 se realizaron de forma ordenada y democrática”.

Sin embargo, según la investigadora, el casi 54 por ciento logrado por el kirchnerismo, junto con los gobernadores de las provincias y la mayoría absoluta en las Cámaras de Diputados y de Senadores, indicarían en este momento una posible disposición de los argentinos a entregar controles. "De hecho", dice Zilla, "se premió a un Gobierno que no se caracterizó justamente por respetar la división de poderes, el federalismo, la independencia de la Justicia y la consolidación del Estado de Derecho." Pero la tradición constitucionalista argentina y las experiencias muestran que un proceso como el de Venezuela, Bolivia o Ecuador sería apoco probable. "Sin embargo, seguirá siendo éste un interrogante mientras quede abierta la cuestión acerca de quién podrá suceder a Cristina en el kirchnerismo”, señala la politóloga.

Por lo general, luego de que un presidente asume su último mandato, comienza, en teoría, su declive, el llamado “síndrome del pato cojo”. Pero no se percibe una pérdida de liderazgo de Cristina Fernández de Kichner dentro del peronismo, dice Claudia Zilla. “Todo lo contrario, la coalición del kirchnerismo está consolidada”, opina la politóloga. Los candidatos peronistas no oficialistas recibieron menos votos que la oposición socialista y radical respectivamente, lo que consolida al kirchnerismo como la fuerza principal del peronismo. “Es ella, Cristina Fernández de Kirchner, la que arrastra los votos, y no un equipo ni un partido institucionalizado. El desgaste de un partido político por tercera vez en el poder sería lógico, pero, en este caso, incluso parece no cumplirse”, subraya la experta, para quien el “síndrome del pato cojo” lo superó ya el kirchnerismo luego de que Néstor Kirchner perdiera las elecciones parlamentarias, en 2009. Ahora lo que se perfila parecería ser un auge mantenido por Cristina Fernández de Kirchner en el centro del poder.

Reformas económicas

Según el Fondo Monetario Internacional, la economía argentina creció entre 2002 y 2011 en un 94 por ciento. Pero para Claudia Zilla “el modelo económico del kirchnerismo no es matemáticamente sustentable”. A la fuerte disminución del superávit “gemelo”, es decir, en las cuentas del Estado y en la balanza comercial, se suma la inflación los gastos en subsidios y planes sociales, lo que, de acuerdo a Claudia Zilla “crea un cuello de botella que puede generar un problema”. Las reformas económicas implementadas por Néstor y Cristina Kirchner permitieron una baja en la tasa de desempleo en Argentina y un crecimiento del 8 por ciento anual en 2011. Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner ya anunció una profundización del modelo económico kirchnerista. Pero también aludió a un "mundo complejo que exige que todos depongamos parte de nuestras aspiraciones”.

Cristina Kirchner deposita su voto el 23 de octubre de 2011.
Cristina Kirchner deposita su voto el 23 de octubre de 2011.Imagen: dapd

Uno de los grandes desafíos de este Gobierno será bajar la inflación, que alcanza, según fuentes no oficiales, un 25 por ciento, y es compensada por el Gobierno argentino con un aumento en los salarios. El incremento de precios y el subsiguiente aumento inflacionario dan cuenta de un desequilibrio en la productividad. Además, en Argentina según analistas, hacen falta mayores inversiones en infraestructura, en educación y en el sistema de salud.

En cuanto a posibles recortes en los subsidios, Claudia Zilla no cree que la primera medida de Cristina Fernández de Kirchner sea recortar planes sociales o subvenciones. Ni tampoco solicitar crédito en el extranjero. “No estamos hablando de una Argentina en crisis económica que tenga que buscar crédito. Además, los capitales argentinos son los que se están yendo. Primero habría que crear confianza, para que los argentinos que piensan distinto del 53 por ciento que votó a este Gobierno dejen de sacar la plata del país”, dice la investigadora.

Rol de Argentina en el contexto internacional

No sólo fue el modelo político-económico de transferencias financieras y fomento de la demanda y de la capacidadd de compra lo que propició la reelección de Cristina Fernández de Kirchner, sino también la capitalización simbólica de la muerte de Néstor Kirchner y un gran poder de convocatoria en la juventud de ese país. “El kirchnerismo también posee un discurso que llega a la gente, el discurso de un nuevo modelo de país, el discurso de los derechos humanos. Y convoca a la juventud.” El movimiento La Cámpora, dirigido por Máximo Kirchner, el hijo del matrimonio Kirchner, encuentra cada vez más seguidores entre los jóvenes. “Tiene un gran poder de movilización y es algo así como ‘ultrakirchnerista'”, explica Claudia Zilla. Pero ese movimiento aún no forma parte del gobierno ni tiene un lugar en las instituciones.

Argentina tuvo que devaluar su moneda en el 2001.
Argentina tuvo que devaluar su moneda en el 2001.Imagen: AP

En cuanto a política internacional, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se caracterizó más bien por “un cierto autismo”, dice Claudia Zilla. Pero ya no se puede fundamentar su pasividad en política exterior con el argumento de que el Gobierno debe concentrarse primero en la creación de una base de poder hacia dentro del país, ya que la tiene, y de sobra. “Argentina tendría que tener una participación más activa en el proceso de la globalización. Con su territorio, con sus recursos, con un país pacífico, sin conflictos étnicos, con más paz social que en muchas otras regiones del mundo, no puede ser sólo receptor de la globalización, en un rol pasivo, renunciando a una cierta influencia", opina la investigadora. Pero para ganar algún tipo de influencia en las relaciones internacionales, Argentina debería recorrer un largo proceso de reconstrucción de su rol como actor internacional.

Autora: Cristina Papaleo
Editor: Enrique López