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Habermas: 75 años de ideas

mb18 de junio de 2004

Al cumplir 75 años, una reseña del camino del pensador alemán más importante de la actualidad: Jürgen Habermas.

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Jürgen Habermas escuchando una pregunta durante la entrega del Príncipe de Asturias en Madrid.Imagen: AP

Jürgen Habermas jamás le ha escurrido el bulto a los temas más actuales. El pensador vivo más famoso de Alemania toma partido y levanta polvareda con su opinión sea el tema que sea: la guerra contra Irak, la bioética o la globalización. Su teoría sobre el discurso democrático en la sociedad -cuyo fundamento sería un "patriotismo constitucional" y no el nacionalismo- ha marcado profundamente el pensamiento alemán de la post guerra.

Al cumplir sus 75 años, Habermas -que nació en Düsseldorf el 18 de junio de 1929- ha cosechado elogios y parabienes de un amplio espectro de entidades oficiales: si hubiese hoy como en el Imperio Romano pensadores oficiales del Estado, Habermas lo sería de Alemania. Así, el presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse, subrayó la agudeza y la independencia crítica del ganador del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes en 2001 y Premio Príncipe de Asturias 2003. La Iglesia Evangélica, por su parte, destacó la importancia que el discípulo de Theodor W. Adorno en la famosa Escuela de Fráncfort concediera a la religión tanto en lo personal como en la sociedad.

Entre Adorno y Horkheimer

Corrían los años 60, y los sociólogos del Instituto de Investigaciones de Fráncfort (IfS) llegaron al gran público. Ya en los años 40 y 50 Theodor W. Adorno y Max Horkheimer habían publicado agudas críticas a la moderna sociedad occidental. El racionalismo, en vez de liberarlo, habría conducido al hombre a una "razón instrumental"; los síntomas del mal eran la burocratización de la vida, el consumismo y el manejo de los gustos a través de la propaganda y los medios.

El movimiento estudiantil

Las protestas del movimiento estudiantil a finales de los sesenta sacó a los académicos del IfS, Habermas entre ellos, de sus reflexiones teóricas. De pronto, decenas de miles de jóvenes se interesaban por la "Teoría crítica" de la Escuela de Fráncfort. Sin embargo, debido a que los sociólogos del IfS renunciaron a perderse en utopías políticas y a la agitación, fueron tachados de "adaptados". En el colmo de la tensión, los estudiantes ocuparon el instituto en 1969. El propio Habermas fue atacado cuando les pidió que lo desalojaran. Jamás hubiese pensado que alguien llegase a querer convertir en realidad sus teorías por medio de cócteles molotov, habría dicho Adorno, director del IfS. Si bien Habermas -que para entonces ya había pasado por la Universidad de Marburg y era catedrático en Heidelberg- se distanció del movimiento estudiantil, reconoce como un logro suyo la democratización de la sociedad.

La izquierda política alemana sigue siendo fiel a Habermas. Para el gobierno roji-verde, el sociólogo de Fráncfort que dirigiera en los setenta el Instituto Max-Planck de Ciencias Sociales es casi el pensador "oficial". Como explicara el Prof. Norbert Bolz, catedrático de la Universidad Técnica de Berlín, "el camino de Adorno a Habermas es el camino de las protestas estudiantiles hasta el gobierno".